Si volviera a ser director de marketing de multinacional

Oda al marketing corporativo

Oda al marketing corporativo

En estos días, mientras releía el famoso poema Instantes (atribuido a Jorge Luis Borges, pero que luego me enteré que no era de él); me pregunté, así como el poema, ¿qué haría diferente si volviera a ser Director de Marketing de multinacional? Se me vinieron muchas cosas a la cabeza. Incapaz de contener tanta inspiración, decidí escribir un poema titulado Oda al marketing corporativo. Este es mi sincero mensaje a todos los profesionales de marketing que actualmente se encuentran en el mundo corporativo, para que nunca pierdan la esencia, mantengan los pies en la tierra y sobre todo, cultiven la simplicidad que sólo nos da el sentido común. Pero antes de la oda, y para darle contexto a la historia, repasemos el poema original fuente de inspiración (que aunque ahora sé que no es de Borges, se lo quiero seguir atribuyendo. Así es más simbólico)…

Instantes

“Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.

Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
 

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iba a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez mi vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años…
y sé que me estoy muriendo”.

Trabajé quince años en marketing de multinacional. Ahora llevo seis promoviendo el marketing ridículamente práctico. Si volviera a empezar, esto es lo que hubiera hecho diferente…

Oda al marketing corporativo

“Si volviera a ser Director de Marketing,
haría más investigación cualitativa
y menos cuantitativa.
Estaría más tiempo en la calle
y menos en la agencia.
Me haría más amigo de los de finanzas.
Usaría más Converse y menos corbata.

Me preocuparía más por el fondo
y menos por la forma.
Actuaría más y planearía menos.
Trataría de deleitar más a los clientes
y menos a los jefes. (Descubrí que deleitar
a los clientes termina deleitando a los jefes). 

Daría más incentivos por rotación
y menos por colocación.
Conversaría más con los clientes insatisfechos
que con los satisfechos.
Aprendería más de marketing digital.
Contrataría un Community Manager in-house. 

Si volviera a ser Director de Marketing,
le daría más argumentos a ventas
para sustentar el por qué somos más caros.
Invitaría clientes a los retiros espirituales
de planeación estratégica.
Confiaría más en la intuición. 

Sería más humilde como marca, sabiendo que
el verdadero poder lo tiene el consumidor.
Invertiría más en mejorar la experiencia
y menos en elementos promocionales.
Otorgaría menos descuentos
y sustentaría más el valor.

Sería tan estricto en el control de la ejecución
como en el control del presupuesto.
Me guiaría más por las oportunidades en los
clientes, que por las acciones de la competencia.
Haría la comunicación publicitaria
más directa y menos creativa.

Daría tanta importancia a la construcción de relaciones
como al cumplimiento de la cuota.
Haría planes de mercadeo más simples.
Estaría más pendiente de los cumpleaños de los clientes.
Generaría más contenido para incrementar visibilidad. 

Propondría más esparcimiento en la convención.
Me enfocaría más en buscar salidas que en explicar caídas.
Sería menos tolerante con las fallas en el servicio.
Desafiaría más el status quo
y cruzaría la linea de lo predecible. 

Pero ya ven, tengo 44 años…
Y nunca es tarde para aprender”.

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Oda al Marketing Corporativo