Un negocio sin propósito es un negocio sin alma

Propósito del negocio

Propósito del negocioUn negocio no es algo que existe sólo para generar dinero. De hecho, la generación de dinero es la consecuencia de alinear coherentemente una serie de principios y valores, que al tener sentido y resonar en un grupo de personas (comúnmente llamadas “mercado objetivo”), responderán apoyando lo que la compañía venda. La venta es la consecuencia de generar esa conexión que va más allá de los beneficios funcionales.

Indudablemente usted puede ganar dinero haciendo cosas que no le apasionan, por el simple hecho de ser negocios rentables. Sin embargo en el largo plazo, es difícil mantener el ritmo y la dedicación que se requiere sólo para hacer dinero. Lo que mantiene nuestros negocios en movimiento es el propósito detrás de lo que hacemos.

Hemos escuchado muchas veces la historia de que debemos hacer lo que amamos para tener éxito. Y si bien puede tener éxito haciendo algo que no ama, soy un convencido que se necesita una alta dosis de pasión para llegar a donde quiere llegar. Pero no la pasión entendida como ese sueño idealista y utópico que pretende resultados extraordinarios sin hacer mucho al respecto. La pasión es el motor necesario para que nuestros negocios salgan adelante, no por ser un tema filosófico y romántico, sino porque es la pasión la que nos proporciona la energía física y emocional necesaria para persistir por el tiempo suficiente, donde la mayoría desfallecen. Es la pasión inmersa en el modelo de negocio lo que permite llegar al otro lado. Algo que difícilmente se lograría sólo viendo nuestro negocio como un generador de dinero. Eso no genera la suficiente adrenalina.

En alguna época de nuestra vida, en reuniones con colegas, amigos o familiares, hemos planteado la siguiente pregunta: “¿Qué negocio montamos?”. La respuesta generalmente está más alineada hacia una pasión personal que hacia un modelo económico de retorno sobre la inversión. No es lo mismo embarcarse en un negocio por su potencial de rentabilidad, que por su potencial de realización. El segundo caso es lo más común. Si no hay propósito no hay persistencia, y si no hay persistencia, no hay negocio. La pasión es lo que nos hace persistir.

El Círculo de Oro

Probablemente esté familiarizado con el concepto del Círculo de Oro de Simon Sinek, en el cual explica que los negocios exitosos son inspirados por verdaderos líderes, aquellos que basan su propuesta de valor del centro hacia afuera. Son negocios que lo que venden es sólo la punta del iceberg, pero detrás de eso está el verdadero propósito, el fin superior por el cual fue creado, el para qué que lo originó.

El Círculo de Oro habla de tres anillos, que de adentro hacia afuera son:

El para qué: El para qué es el propósito de la empresa, la misión, la razón por la cual existe y lo que le da sentido. Sin un para qué no hay empresa, sin este fin superior cualquiera de las estrategias, acciones y productos/servicios que se comercialicen, no tienen verdadera relevancia para los clientes. La mayoría de compañías sufren para vender porque sólo se enfocan en el qué, no en el para qué. Cuando lo que una compañía vende tiene sólo un fin transaccional, es un commodity. Cuando lo que una compañía vende refleja su misión, es un producto con propósito.

El cómo: El cómo es la forma como la compañía “operacionaliza”, materializa o lleva a la práctica su para qué. Es la forma como convierte el sueño del para qué en algo viable y realizable. Aterriza los ideales y este propósito superior, pues un sueño sin ejecución no sirve de mucho.

El qué: El qué es lo tangible y específico que ofrece la compañía a su mercado. Es la forma última como se refleja el propósito que permite que éste sea viable. Son los productos y servicios de la empresa, lo que vende.

Partir de lo que nuestra empresa vende es partir de algo carente de alma y de significado. Es simplemente un objeto que presta un servicio, una función, como muchos otros de su tipo. Ya hay mucha gente y muchos negocios ofreciendo buenas soluciones. No necesitamos más de lo mismo. Necesitamos negocios que simplemente sean el reflejo de un fin superior, de un sueño, de un propósito y de una misión por cumplir.

La vida es demasiado corta como para hacer el trabajo incorrecto.

Nuestra propia introspección

Sólo cuando sabemos a qué estrella queremos llegar, es que avanzamos en la dirección correcta. Por eso en Bien Pensado hicimos nuestra propia autoevaluación. Quisimos revisar qué tan alineados y coherentes estamos siendo con ese propósito que dio origen a nuestra empresa.

Esto es lo que nos orienta como compañía, y por lo que cada miembro del equipo de Bien Pensado se levanta todos los días a trabajar.

¿Para qué existimos? [El para qué] – Ayudar al mayor número posible de personas a sacar sus negocios adelante.

Tener claro este propósito nos ayuda a definir qué cosas contribuyen a y qué cosas no. Cada estrategia de negocio, cada proyecto, cada alianza, cada producto y cada acción debe en últimas contribuir a este norte. Si algo no nos lleva hacia esa dirección no es una prioridad. Nuestra misión lleva implícita dos aspectos determinantes. Por un lado, ayudar al mayor número posible de personas significa que el impacto que generemos debe ser masivo y multiplicarse, y no beneficiar sólo a unos cuantos. Por otro lado, el ayudar a sacar adelante sus negocios, implica que nuestras acciones deben ir siempre encaminadas a apoyar la prosperidad empresarial.

Si a un negocio le va bien, a las familias de las cuales depende ese negocio, también les va bien. Creemos en la prosperidad empresarial como base de un desarrollo sostenible y de una sociedad más justa, equitativa e incluyente para todos.

¿Cómo lo hacemos? [El cómo] – Enseñándoles a promoverse de manera simple, práctica y económicamente accesible.

Si bien nuestra misión de ayudar a las personas a sacar adelante sus negocios puede implicar apoyo en muchos frentes (finanzas, innovación, gestión humana, productividad, etc.), nuestro trabajo se enfoca específicamente en un área cuya debilidad ha sido la causa del fracaso de miles de compañías: las ventas y el mercadeo. Brindamos herramientas para que esta gestión se realice de la forma más efectiva posible y le ayuda realmente a las empresas a salir adelante. Delimitamos nuestro alcance en función de lo que estamos en capacidad de impactar positivamente.

Adicionalmente todo lo que hacemos debe estar regido por los principios de simple, práctico y económicamente accesible. Esto es lo que define la forma como escribimos, el lenguaje que utilizamos, los ejemplos que exponemos y las herramientas que recomendamos. La simplicidad significa expresar los conceptos de manera sencilla; la practicidad refleja el que debe ser absolutamente aplicable a la realidad y el desafío de cada persona; y el económicamente accesible implica que deben ser ideas y recursos a los que cualquier persona pueda acceder, independiente del tamaño de su negocio. Si lo que enseñamos no cumple con estos principios, no estamos cumpliendo con nuestro propósito.

¿En qué lo reflejamos? [El qué] – Artículos del blog, boletín semanal con tips comerciales, redes sociales, conferencias, capacitaciones, libros, audios, videos y múltiples recursos adicionales.

Esto es lo que nuestra empresa ofrece para llevar a la práctica nuestra misión y para tocar la vida de la mayor cantidad de personas posible. Por eso el 99% de los recursos e información que compartimos es gratuita. No podríamos cumplir nuestra misión si sólo la limitáramos a las personas que pueden pagar lo que vendemos. No estaríamos cumpliendo con la parte del “para qué” que dice ayudar al mayor número posible de personas. Eso es lo que le da sentido a lo que hacemos y nos mantiene coherentes con nuestro propósito.

Un propósito trae claridad al negocio y a la vida

El propósito es la inspiración que nos mueve a trabajar en lo que creemos, para poder ver el mundo que soñamos. El propósito es lo que hace que nos levantemos cada mañana, no preguntándonos,”¿A quién le voy a vender hoy?”, sino más bien, “¿A quién voy a ayudar hoy?”. Un negocio sin un propósito es simplemente una fuente de ingresos, una forma de ganarse la vida. Sin embargo, no hay mejor forma de ganarse la vida que tocar la vida de los demás.