Todo Arreglos: las crisis nos obligan a crecer

Mientras muchos negocios esperan en sus locales a que lleguen los clientes, otros salen a buscarlos. Todo Arreglos es un gran ejemplo de diferenciación y de cómo reinventarse en momentos de crisis. Aferrarse al modelo de negocio tradicional y quedarse sentado esperando a que las cosas cambien, ayuda poco.

Julio Florez lleva con la sastrería de su familia más de 26 años, la cual está ubicada en el barrio La Floresta de Bogotá. Poco a poco empezó a ver como llegaban menos clientes. La excesiva competencia y el desinterés de la gente por arreglar sus prendas fueron menguando el negocio.

Siempre hay un futuro promisorio

Frente a esta situación, en vez de resignarse o echarle la culpa a alguien más, Julio decidió hacer algo para cambiar su destino: escuchar a los clientes. Tratando de entender qué pensaba la gente respecto al arreglo de prendas, identificó varias frustraciones, las cuales dieron inicio a su nuevo y muy exitoso modelo de negocio: arreglo de ropa a domicilio.

Una vez entendió los dolores y cuál sería el tipo de servicio ideal, hizo algo que nadie antes se había atrevido a hacer: llevar la sastrería al cliente. Basado en estas necesidades del mercado, empezó a vender su servicio así:

Dile no más a:

El negocio está cerrado. Se acabaron las molestias de ir a la sastrería del barrio y que siempre encuentres cerrado.

Incumplimiento. Se acabó el incumplimiento en las entregas de tus prendas y vestidos porque el trabajo es inmediato.

Dañaron mi prenda. ¡Nunca más! Somos sastres y modistas altamente calificados para hacer el trabajo rápido y bien hecho frente a tus ojos.

Tiempo de espera.  Sabemos que no quieres esperar tanto, por eso sólo necesitamos entre 15 a 20 minutos para entregarte tu prenda o vestido como lo quieras.

¡Brillante! Conectó perfecto con los dolores de los clientes y se convirtió en la alternativa para quienes no quieren perder tiempo yendo a un sitio y tener que esperar días por sus arreglos.

Reinventarse dispara el negocio

Nos da pánico soltar lo seguro, desconociendo que más adelante nos espera un futuro mucho más promisorio. Cuando fluimos con las necesidades de los clientes y entendemos que servir a los demás siempre será buen negocio, estamos pensando objetivamente.

Llevar el arreglo de prendas a domicilio permitió a Todo Arreglos disparar el negocio a unos niveles que nunca antes imaginaron. Entendieron que más importante que el servicio que ofrecen (el cual muchos otros también ofrecen), es la forma como lo ofrecen. Tienen muy claro que más importante que lo que venden es cómo lo venden.

Ahora es un negocio infinitamente más próspero y rentable por varias razones:

Más prendas por cliente: cuando usted va a la sastrería lleva una o máximo dos prendas. Cuando la sastrería va a su casa, ¡usted saca el closet completo! Cada servicio a domicilio factura mucho más por cliente que quien llega al local.

Precios más altos: no puede costar lo mismo un dobladillo o soltarle a la cintura al pantalón en el local que cuando la sastrería lo está haciéndolo en la tranquilidad de su hogar u oficina. La comodidad vale y usted está dispuesto a pagar por eso (o si no, vaya a la sastrería de su barrio y espero cuatro días).

Alcance “infinito”: antes la limitación era la capacidad operativa de la sastrería con las personas presentes en el punto de venta. Ahora Julio y su equipo pueden tener literalmente un equipo “ilimitado” de personas recorriendo en motocicletas toda la ciudad (y próximamente más ciudades y países).

Dispara el voz a voz: por la novedad del servicio, todo el que lo recibe quiere contarle a sus amigos y familiares que “¡hay una sastrería que va a tu casa!”. Incluso para eventos como bodas, primeras comuniones, graduaciones y similares, han sido el ángel de la guarda para más de uno. (Como invitado a un evento, ¿le ha pasado que minutos antes se pone el esmoquin que no usaba hace varios años y ¡oh oh!, no cierra? Bueno, Todo Arreglos llega al rescate).

Cambiar es una enorme oportunidad. Nos permite ver realidades a las cuales estábamos cerrados. Nos hace explorar el mundo como realmente es y no como quisiéramos que fuera.

Es hora de reinventarnos

Siempre tendremos cosas que no controlamos a nuestro alrededor. De nosotros depende cómo las manejemos: o nos amargamos la vida por lo que no podemos cambiar y nos sumimos en la victimización, o nos levantamos sin importar lo difícil de la situación para crear nuevas realidades.

Estamos escribiendo la historia, estamos demostrándonos que lo impensable sí es posible. Somos los dueños de nuestro destino y capitanes de nuestra propia alma, como diría el gran William Ernest Henley. Go for it!