Sacar el mayor provecho de cada centavo que se invierte en el negocio es parte de la lógica con la que opera cualquier empresa y por supuesto los recursos humanos no escapan a esa realidad.
De ahí que una de las principales preocupaciones de los encargados de dirigirla en los distintos niveles, sea asegurarse de que cada persona esté contribuyendo a lograr los resultados esperados, y más aún cuando el esfuerzo que supone contratar personal aumenta la necesidad de que los empleados empiecen a dar muestras de buen desempeño en un periodo de tiempo relativamente corto como efectivamente puede ocurrir en el caso de las pequeñas empresas.
A partir de ahí la necesidad de ejercer control sobre los empleados se hace evidente teniendo en cuenta además que los mandos intermedios y altos serán juzgados a partir de los resultados que obtengan conjuntamente cada una de las personas que tienen a cargo, y que lograr que las distintas áreas que conforman la organización tengan un buen desempeño resulta fundamental para conseguir los resultados que se esperan a nivel general.
No obstante aún cuando ejercer control sobre los empleados sea absolutamente necesario para saber si efectivamente su desempeño está contribuyendo o no a los resultados de la empresa, el ser demasiado férreos en esto a la larga puede resultar contraproducente.
Las razones por las que se debe ser muy cuidadoso a la hora de ejercer control sobre los empleados
Como veníamos diciendo, nadie niega que la necesidad de hacer seguimiento a los empleados sea algo supremamente necesario.
Sin embargo de lo que no son muy conscientes a veces aquellos que tienen a su cargo el manejo de un grupo de personas, es que la forma como se haga esto también importa e influye a la larga en su desempeño.
Muchos trabajadores pueden llegar a sentirse incómodos cuando se ejerce un control demasiado estricto sobre ellos y no se les da el espacio necesario para que desplieguen y desarrollen todo su potencial.
De esta manera lo único que se consigue en estos casos es que los subordinados sientan que no gozan de suficiente autonomía para realizar su trabajo y que por parte de sus superiores existe poca confianza.
Así, en un ambiente en el que las personas están sujetas a un jefe controlador, la necesidad que tienen de mostrar a sus superiores que están haciendo su trabajo o de mostrar cosas visibles y así contar con su aprobación, hace que estos vivan en función de aquello que puede ser más importante para sus jefes inmediatos en lugar de enfocarse en aquello que a la larga podría ser de hecho más importante y tener un impacto mucho mayor dentro del negocio.
¿Cómo controlar entonces a los empleados sin hacer que se sientan demasiado presionados?
Es la pregunta que surge después de lo que hemos planteado hasta el momento.
Naturalmente tan nocivo como ser muy rigurosos a la hora de hacer seguimiento a los empleados, lo es ejercer poco control sobre ellos y llegar a ser muy laxos y flexibles.
Por tanto a la hora de liderar un equipo y ejercer control sobre los empleados, hay que encontrar un equilibrio y ser conscientes que no se puede llegar a limitar a estos a que hagan y se preocupen por aquello que podrían considerar es más importante para sus superiores, cuando lo principal es que estos tengan la tranquilidad mental y la libertad suficiente para pensar cómo pueden hacer un mejor trabajo y ver qué puede tener un mayor impacto en su productividad y en general en el negocio o el área en la que se encuentran.
Y ahí es donde los superiores como líderes pueden entrar a guiar y a aconsejar a las personas mientras dan a cada una su respectiva retroalimentación, ojalá tratando de dejarles siempre en claro que gozan de cierta libertad y autonomía dentro de sus funciones, y que por parte de ellos existe toda la intención de darles el empoderamiento necesario para desarrollar a pleno sus funciones.
En conclusión
Ya para finalizar, podemos decir que a menos que estemos hablando de trabajos repetitivos como muchos de los relacionados con la parte operativa de las empresas, en muchos cargos donde las tareas comprenden realizar actividades mucho más complejas y variadas generalmente puede tomar algo de tiempo a las personas lograr que su esfuerzo se vea reflejado en cosas importantes que contribuyan a alcanzar los objetivos de la empresa.
Por esta razón, sobre todo cuando los empleados recién se están adaptando a un nuevo trabajo, el rol del líder debe estar más orientado a guiar y a empoderar a los trabajadores. El ejercer un control demasiado riguroso sobre ellos sólo hará que estos estén más preocupados por tener algo bueno que mostrar a sus superiores, que por hacer cosas que a la larga puedan tener un mayor impacto en el negocio e incluso ayudarles a ser más productivos. Pero en tal caso eso sería lo mejor que podría ocurrir, pues ante esa realidad muchos empleados fácilmente podrían preferir tomar la decisión de buscar otras opciones a nivel laboral o incluso llegar a renunciar ante el mal ambiente y la presión que esto puede llegar a crear.