Fisher-Price es el ejemplo de una empresa que ha sabido llevar una misión en forma de credo a su máxima expresión. Si hay algo que podemos destacar de su historia, es el hecho de haber creado un sólido propósito desde su nacimiento que le ha servido de base para alcanzar grandes metas y posicionarse como una de las marcas líderes en el mercado de los juegos para niños en edad preescolar. A través de tener un claro conocimiento del mercado y encontrar una oportunidad en una industria que entonces no se encontraba tan desarrollada (Año 1930), Fisher Price encontraría la manera de abrirse campo en la industria y revolucionarla mediante la creación de juguetes que han marcado diferentes épocas y generaciones con conceptos que además de entretener, se han quedado en el corazón de muchos de los niños que a lo largo de los más de 80 años, han tenido la posibilidad de tener un juguete Fisher-Price en sus manos.
Es este vínculo que la marca ha logrado construir con los infantes, el mismo que se evoca nuevamente en la edad adulta cuando estos crecen y se convierten en padres transmitiendo la herencia a las nuevas generaciones que seguirán desarrollando el mismo afecto y lealtad hacia la marca. Así es como se genera una especie de círculo que seguramente se repetirá por tanto tiempo como la empresa permanezca fiel a su misión: aquella que la ha llevado a ser una de las compañías más importantes y reconocidas en la industria.
1930: El año que se pone en marcha la empresa
A pesar de ser una época difícil en plenos tiempos de la gran depresión, el equipo que entonces formarían Herm Fisher, Irving Price y Hellen Schelle (cuyo apellido por alguna razón no hace parte de la marca), era lo suficientemente experimentado y al tiempo arriesgado como para hacer algo que por esos días era una apuesta que podría considerarse bastante audaz.
Sin embargo si tenemos en cuenta que cada una de estas personas tenía conocimiento del sector y estaban familiarizadas con la parte de producción, venta y publicidad de artículos como los juguetes, no resultaba extraño que estas personas terminaran poniéndose de acuerdo para poner en marcha un negocio y haberle hecho caso a su propio niño interior que parecía hablarles muy claro sobre las cualidades que debían tener los juguetes, mismas que le estaban faltando a aquellos que por entonces estaban siendo fabricados.
Y es que sin duda una de las cosas que resultaba curiosa pero a la vez fue fundamental en la puesta en marcha del negocio, era que los tres fundadores compartían la misma visión del mundo de los niños y de lo que ellos querían al menos en cuanto a los juguetes.
Según ellos, a los niños les gustaban más los juguetes alegres, amigables, que hicieran cosas asombrosas y que apelaran a su imaginación. Juguetes que hicieran algo nuevo, sorprendente y divertido. Asimismo los tres estaban de acuerdo en que cada juguete Fisher Price debía ofrecer intrínsecamente el valor del juego (ayudar a los niños en su desarrollo), además de ingenio, acción, ser lo suficientemente resistente y ser un objeto valioso en términos del dinero que debía estar dispuesta a pagar la gente. Sobre esta sólida base de principios y valores compartidos se pondría en marcha el negocio en una simple estructura de concreto en Aurora del Este, una pequeña villa de 20 millas al sudeste de Buffalo.
Primeros juguetes
A pesar de la difícil situación económica que se estaba viviendo entonces y lo que esto representaba para una empresa que recién se estaba poniendo en marcha, la fuerte cohesión que había entre los fundadores (que además hacía que todo en la compañía girara alrededor de hacer lo que desde un principio se habían propuesto), y lo atractivo de los primeros lotes fabricados, hicieron que el interés de la gente hacia los juguetes empezara a crecer especialmente con la introducción de Snoppy Sniffer, un pequeño perro de aspecto realista que caminaba y batía la cola al tiempo que los niños lo halaban de su collar. Además de ser recordado como uno de los juguetes más emblemáticos de la marca, el pequeño perrito fue todo un éxito en su momento excediendo las expectativas de la compañía, hasta el punto que fue difícil satisfacer las órdenes que llegaban de sus clientes.
Dicho modelo fue parte de una primera colección creada por la compañía llamada 16 Hopefulls, un conjunto de juguetes similares en cuanto al mecanismo que usaban. Estos disponían de una tira amarrada en los extremos de los juguetes de tal forma que los niños pudieran tirar del otro y con lo cual los distintos modelos ejecutaban diferentes movimientos y sonidos al ponerse en movimiento.
Los modelos Coaster Boy y Dr. Doodle los cuales se muestran a continuación, también hacían parte de esta primera serie creada por la marca.
Promoviendo los productos como juguetes preescolares
Un aspecto aparentemente menor pero que jugaría un papel vital en la historia de la compañía ayudándola a lograr un posicionamiento claro desde temprano, sucedió cuando la mamá de Herm Fisher quien era maestra, sugirió el nombre de “juguetes preescolares” para los productos que fabricaba la compañía.
De esta manera si bien más adelante otras empresas también empezarían a usar dicha denominación para sus productos, el que Fisher-Price fuera la primera marca en hacer esto le ayudaría a ganar cierta ventaja sobre sus otros competidores y lograr un importante posicionamiento asociando sus productos con una etapa específica en el desarrollo de los niños. Esto además sería fundamental en adelante a la hora de enfocar mejor los esfuerzos de la compañía y evitar alejarse de ese posicionamiento que poco a poco empezaría a crear alrededor de este tipo de juguetes.
Guerra y posguerra
Como muchas empresas durante la segunda guerra mundial, Fisher-Price debió suspender la fabricación de sus productos para servir las necesidades de armamento y suministros que necesitaba el ejército.
Una vez que el periodo de la guerra llega a su fin, el auge de construcción de viviendas en época de la posguerra haría que la madera, la principal materia prima que se necesitaba para la fabricación de juguetes empezara a escasear. No obstante, esto permitió que la empresa empezara a usar plástico en sus productos. Uno de los primeros productos en los que se empezaría a incluir este material sería la abeja Buzzy Bee cuyas alas eran de plástico.
En plena época del boom económico en la década del 50, el plástico permitió a los diseñadores incorporar decoraciones mucho más vívidas y durables en los juguetes. Al final de la década Fisher-Price tenía cerca de 39 líneas de juguetes, más de la mitad de las cuales ya incluían plástico colorido y durable.
1950: Finaliza la era de la madera y comienza la del plástico
Sin duda el plástico fue uno de los hallazgos más importantes en la historia de la compañía. Gracias a la coyuntura que había dado lugar la posguerra, Fisher-Price pudo darse cuenta del potencial que había detrás del material. Además de permitirle a la marca crear juguetes con mayor colorido y durabilidad, la versatilidad que tenía el plástico le permitió dar vida a nuevos y recordados conceptos que al igual que habían hecho ya los juguetes de madera en las pasadas décadas, estos empezarían prontamente a dejar huella y a marcar una nueva época para la marca.
Entre estos nuevos juguetes por ejemplo podemos nombrar algunos tan recordados en la actualidad como el Safety School Bus (autobús de seguridad escolar) que fue creado a finales de la década del 50. Este incluía seis personajes que se podían extraer, algo que siendo fieles al credo de los fundadores, aumentaba el valor del juego para los niños. Teniendo esto en consideración, no resultaría raro que la empresa creara una línea basada en estos personajes llamado The World of Little People (mundo de personitas), el cual incluía un sets de juegos entre los que se encontraba una granja, una casa, una escuela y un garaje. Tanto fue el éxito que lograría tener esta línea, que aún en la actualidad permanece vigente dentro del portafolio de productos que ofrece la compañía.
Ya en la década del 60 la empresa presentaría otro icono que se mantiene como un símbolo de la marca hasta el día de hoy. Este sería el llamado Rock a Stack, un juego educativo que mostraba el compromiso de la compañía en crear productos que combinaran diversión con aprendizaje y desarrollo.
1961: Se crea el laboratorio de juego de Fisher-Price
Hasta ahora si bien hemos hablado de algunos aspectos clave para el éxito de la compañía, no hemos revelado posiblemente uno de los más importantes para que la empresa trascendiera y llegara a ser uno de los principales jugadores de la industria. Este hacía parte de una creencia muy razonable que tenía Herman Fisher. Él pensaba que la mejor manera de asegurar el éxito de un juguete era hacer algo tan simple como que fuese probado por los mismos niños. De modo que siendo fiel a esta creencia muchos juguetes fueron testeados por sus propios hijos y los hijos de sus empleados durante los primeros años de existencia de la empresa.
Esta idea fue tan trascendente e influyó tanto en el éxito de la compañía, que ya en el año ’61 se materializó en un laboratorio creado específicamente con el propósito de que tanto diseñadores como ingenieros pudieran observar a los niños jugando con los productos y así obtener retroalimentación por parte de los “expertos”. Este laboratorio fue el primero de su tipo en la industria y es hoy en día el principal centro de todo juguete Fisher-Price desarrollado en la actualidad.
Nuevos dueños para la compañía y también nuevos cambios
A finales de los 60s Herman Fisher y los accionistas de la empresa acuerdan su adquisición por parte de Quaker. Esta tiene lugar en una era de crecimiento internacional acelerado para la empresa. A partir de entonces la empresa empezaría a diversificarse buscando incursionar en otras categorías similares como accesorios para bebés y muñecas. Adicionalmente por estas mismas fechas la empresa se encargaría de realizar su primer anuncio en televisión.
Posteriormente a mediados de los 80s, la empresa introduciría su primera línea de productos infantiles que incluían sillas, lámparas infantiles y bolsas de pañales. Hoy en día toda esta línea conocida como Babygear, incluye una serie de productos innovadores que incluye monitores, columpios, mecedoras y toda una variedad de artículos que hacen mejor la vida para las madres y sus bebés.
A pesar del éxito que estaban logrando tener los nuevos productos desarrollados por la marca, hubo un momento en el que también esta empezó a incursionar en el mercado de juguetes para niños mayores de cinco años, algo que cuando la compañía dejó de ser propiedad de la empresa Quaker sería replanteado y sacado prácticamente de los planes de la organización sabiendo que ello podría afectar el posicionamiento por el que finalmente ésta se había hecho famosa.
Adquisición de la empresa por parte de Mattel
En el año 93 los accionistas de Fisher-Price y Mattel unen sus fuerzas. De esta manera a través de la fuerte red de filiales que tenía Mattel en Europa, América Latina y Asia, las operaciones de Fisher-Price comenzarían a expandirse y al mismo tiempo supondrían un crecimiento notable para la empresa en mercados fuera de los Estados Unidos.
A partir de entonces y a través de la adquisición que hizo Mattel de Kransco (la empresa fabricante de los carros a batería Power Wheels) y la fusión de Mattel y Fisher-Price con Tyco, la marca creada por Herman Fisher, Irving Price y Helen Schelle, pasaría a ser luego de una reestructuración aquella que también agruparía todos los productos infantiles y para niños en edad preescolar de Mattel.
Algo que también se ha sumado al éxito de la marca en la actualidad, son las líneas de productos que bajo licencia se producen y comercializan. Estas incluyen personajes famosos y atractivos para los niños como los de plaza sésamo, Winnie Pooh, Barney, entre otros.
Con base en varios estudios de mercado que se llegaron a realizar hasta hace poco tiempo, Fisher-Price logró ser reconocida como la marca número uno de juguetes infantiles y para niños en edad preescolar gozando de un reconocimiento del 100% en Estados Unidos y niveles de awareness que están por encima de los competidores en otros mercados, un hecho que indudablemente da cuenta de la gran labor que ha hecho la empresa a lo largo de sus años de existencia, haciendo algo que en realidad pocas empresas en la actualidad hacen: permanecer fiel a su misión y sus valores a pesar del paso del tiempo.
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