No hacer nada siempre será una opción. La opción más fácil. (Y la más peligrosa).
Es más fácil ser víctima que intentarlo. Siempre existirá un pretexto en el cual escudar la inmovilidad y la justificación del status quo. Siempre habrá alguien más a quien echarle la culpa.
Para qué intentar algo diferente si…
Ya lo probamos antes y no funcionó.
Los competidores venden más barato.
(Y lo harán siempre, en cualquier industria).
El sector está en crisis.
El gobierno no ayuda.
La gente no tiene plata.
La competencia es desleal.
¿Y si no funciona?
¿Y si lo copia la competencia?
¿Y si el cliente dice que no?
¿Y si no se vende?
¿Y si nos va mal?
Todo esto es probable, siempre existe la posibilidad de fallar.
Pero…
¿Y si funciona?
¿Y si la competencia no lo copia o lo copia mal?
¿Y si el cliente dice que sí?
¿Y si se vende?
¿Y si nos va bien?
Puede hacer cualquier cosa, menos, dejar de intentarlo.
Quedarse quieto no es una opción.
Totalmente de acuerdo hay que intentar tantas opciones cómo nos sean posible, en una de esas acertamos y el rumbo cambiará, a veces las más descabelladas son las de mayor éxito, precisamente por eso “por descabelladas” una discoteca en supermercado y vea la respuesta.
Tal cual Luis Fernando, siempre hay que intentarlo!!