Los sobres de la presentación individual (sticks) de Azúcar Riopaila vienen con mensajes positivos para compartir. Esto me recuerda las famosas ‘credenciales’ que se regalaban los jóvenes en los años ochentas.
Cada paquetico de azúcar trae impreso un mensaje diferente, lo que lo convierte en una interesante mezcla entre las galletas de la fortuna y las credenciales de los ochenta. Algo que invita a un pensamiento positivo para quien lo lee y por otro lado, una especie de regalo para una situación particular de un amigo cercano. Como una sencilla demostración de que se piensa en la otra persona.
Entre los mensajes están: “Di que sí…¿salimos?”, “Tu eres la luz de mi vida”, “Fresco, no es tan grave como parece”, y “Gracias por escucharme siempre”.
Presumo que la filosofía es poder vincular el azúcar, que es algo dulce y amable, con la amistad. Aunque me parece una idea interesante, encuentro un poco difícil empezar a modificar la costumbre regalar azúcar con mensajes en vez de chocolates. Y no porque el azúcar no lo mereza, sino por la ya arraigada tradición de los chocolates como una indulgencia y algo especial. Y entiendo que más que ser usado como regalo, es usarlo como un mensajero de buenos deseos.
Y a juzgar por los empaques de la marca Manuelita, renovar y mejorar la imagen es una tendencia de la categoría.