Para cualquier empresa lograr que sus empleados creen un sentido de pertenencia hacia ella y se identifiquen con sus valores y su filosofía, resulta fundamental en la medida que esto puede ser vital para mantener su motivación y compromiso en un nivel alto. Es por esto que contar con una cultura organizacional sólida y bien definida, no sólo puede ayudar a que las compañías logren esto, sino que también puede aportarle otros varios beneficios, muchos de los cuales pueden no ser tan evidentes.
Por ejemplo a la hora de determinar los candidatos más aptos para ocupar una vacante dentro los procesos de selección resulta clave y sirve de filtro. No todo aquel que cuente con las habilidades y la experiencia requerida para desempeñar un cargo debe ser considerado para ocuparlo a menos que su perfil encaje y sea afín con la cultura y los valores de la empresa.
Asimismo si se vive en el día a día y cada uno de los empleados la comparte, una cultura organizacional bien definida puede ayudar a crear un ambiente de trabajo agradable dentro de la empresa, lo que a su vez repercute en un buen trato de los empleados hacia los clientes, y hace que la tasa de rotación del personal sea baja.
Sin embargo para que la cultura logre un buen impacto al interior de las empresas y permita conseguir todos estos beneficios de los cuales hemos hablado, es importante que tenga en cuenta cosas como las siguientes.
Afinidad entre el perfil de los empleados y la cultura de la empresa
Como ya lo habíamos señalado este es un aspecto clave. A menos que un empleado se sienta identificado con la cultura de la empresa podrá sentirse a gusto en ella y hacer un buen trabajo.
Por esta razón contratar a personas que además de contar con las habilidades y la experiencia necesaria para desempeñar un cargo, se sientan identificadas con la cultura y los valores de la organización, es fundamental para que se “pongan la camiseta” (además de ayudar a preservar el buen ambiente dentro de la misma). Por el contrario estas son 4 consecuencias que puede traer el no hacerlo.
Incentivar la colaboración (no la competencia)
Aún sin ser conscientes de ello, muchas empresas y líderes al interior de estas pueden estar creando un ambiente de competencia y en el que muchas personas busquen figurar. Estas conductas pueden ser peligrosas en la medida que tienden a generar rivalidades en los equipos e ir en contra de sus intereses. Por tanto evitar cualquier forma de favoritismo y anteponer siempre los intereses colectivos o de grupo a los particulares, es un aspecto clave alrededor del cual debe girar toda gran cultura dentro de una organización.
Coherencia con la misión, visión y valores
No sólo se trata de que los empleados estén alineados con la cultura y los valores de la empresa.
Sobre todo si estamos hablando de una gran cultura, esta debe tener la capacidad de inspirar a las personas a través de su misión, visión y valores; no únicamente en la forma de unos bonitos enunciados que en la práctica no sirven de mucho, sino como algo que le da un mayor sentido y significado a lo que hacen todos los empleados más allá del dinero que reciben por su trabajo, y algo alrededor de lo cual gira toda la empresa y se toman las decisiones.
Valorar y tener en cuenta las opiniones de todos los empleados
A veces muy buenas ideas y sugerencias pueden venir de quien menos se espera. Y las empresas que gozan de una gran cultura son conscientes de esto.
Por eso, a nivel de las distintas áreas, no sólo se escucha a los empleados y se da a sus comentarios la debida importancia en la medida que con el conocimiento y la experiencia que han adquirido en su trabajo están en condiciones de aportar muy buenas ideas, sino que además esto es algo que se incentiva permanentemente.
Apertura al cambio y a considerar nuevos enfoques
Hoy en día las cosas cambian rápidamente. Aquello que daba resultado hace sólo unos cuantos años atrás puede que ya no. Por esa razón evitar aferrarse a cualquier cosa (sea que se trate de un método, proceso o técnica), y estar siempre abierto a considerar nuevas ideas y enfoques aún por más absurdos y descabellados que puedan parecer, es fundamental dentro de toda organización.
Lugar de trabajo agradable
Un lugar de trabajo agradable es clave para que las personas mantengan motivadas pero también para que haya un buen ambiente laboral. De hecho partiendo de esa base muchos espacios de trabajo compartido han sido diseñados entendiendo que no sólo tener un sitio de trabajo ameno es clave para lograr estas cosas, sino también para que la gente consiga inspirarse y desarrollar al máximo su creatividad.
Por supuesto no estamos hablando de hacer transformaciones radicales en este sentido ni de contar con oficinas como las que tiene Google (aunque si pudiera hacerlo no estaría mal). Sin embargo, mantener limpio el lugar de trabajo y hacer lo posible porque luzca y se vea de la mejor forma puede ser muy importante en este sentido.
En conclusión
Son varios los beneficios que se pueden desprender de contar con una sólida cultura organizacional: desde hacer que los empleados se identifiquen con una empresa y tengan sentido de pertenencia hacia ella, hasta lograr crear un buen ambiente de trabajo y contribuir a que éstas alcancen mejores niveles de productividad creando un mayor nivel de compromiso por parte de los empleados. Por esta razón, apostar por mejorarla día a día y tener en cuenta algunos aspectos como los que se mencionan acá para desarrollarla, puede ser clave.