En esta época del año muchos empresarios están empezando a pensar en su plan de negocios para el año entrante.
Identificar dónde se encuentra y cómo continuará acercándose a la visión que ha creado para su negocio, es algo que tiene que hacer para crecer y evolucionar.
Si bien la tarea de planificar es necesaria, también es un gran desafío.
Una buena planeación se basa en determinar las prioridades estratégicas del negocio. El punto es que muchas empresas lo ven como la oportunidad para crear una interminable lista de tareas o una lista de deseos a Santa Claus.
En mi experiencia, los empresarios sólo pueden y deben enfocarse en pocas prioridades u objetivos. La clave es dejar cada vez más por fuera y dedicarse a unos pocos.
El foco del plan de negocios debe ser identificar sus tres principales objetivos y comprometerse a volcar toda su energía y la de su equipo a lograrlos. Cuando piensa en pocas cosas puede profundizar en grandes ideas, y así es como lleva su negocio hacia un verdadero crecimiento.
Un objetivo es una prioridad
Llamar algo uno de sus principales objetivos anuales lo convierte en prioridad, y ese estatus debe ratificarse, comunicarse, accionarse y mantenerlo visible para todos a lo largo del año.
Cree comunicaciones temáticas, eventos y educación que mantenga el foco en los objetivos establecidos. Sea obsesivo y monotemático.
Cada objetivo requiere una meta
Una vez establece sus objetivos para el año, defina cómo va a medir los avances. Establezca metas, no más de una o dos por cada objetivo, y haga la medición lo más sencillo, objetivo y transparente posible.
Cree tableros de control, cuente cómo va en todas sus reuniones y haga ajustes en tiempo real.
Las metas requieren nuevos hábitos y comportamiento
Una vez haya definido sus objetivos y puesto las metas a cada uno, empieza el trabajo duro. Está bien definir metas, sin embargo la mayoría de lo que hacemos está determinado por nuestros hábitos.
Si quiere lograr cambios reales y duraderos que lo lleven a su meta, particularmente una meta que desafíe su realidad actual, debe adoptar nuevos hábitos.
Mire sus metas y objetivos y pregúntese qué debe cambiar.
¿Necesita delegar más, contratar a alguien, despedir a alguien, crear días de reflexión y focalización, tener más reuniones, tener menos reuniones, empezar a ejercitarse, dejar de decir sí, comenzar a cobrar más, levantarse más temprano, llegar más temprano a casa o sólo sentarse por un largo rato para reconectarse con el sentido de su trabajo?
No tome este paso a la ligera, es la clave para lograr lo que se propone.
Si bien este tipo de planeación se ve como un evento anual, realmente es algo que sucede cada día, cada semana, cada mes y cada trimestre, de manera que se mantenga como su prioridad.
Adaptado del blog de John Jantsch, fundador de Duct Tape Marketing.