Pequeños detalles en los procesos hacen la diferencia.
Hace unos días esperando abordar un vuelo de Latam en Ecuador, mientras estaba en la sala de espera, una señora amablemente se acerca con una caja de cartón corrugado para medir el equipaje de mano. Primera vez que veía este servicio.
La señora toma la caja y cubre mi maleta, con lo cual fácilmente sabe si clasifica o no como equipaje de mano. Este sencillo procedimiento evita varios dolores de cabeza.
Para el pasajero, el problema de que le digan justo al momento de abordar: “Su equipaje debe enviarlo por bodega” (que además de retrasar la fila, no se siente bien y brota la vena); y para la aerolínea, es evitar acaloradas e innecesarias discusiones con los pasajeros, además de garantizar el espacio y peso de los equipajes en cabina.
Incluso también han desarrollado la aplicación para realizar el mismo proceso de medida del equipaje de mano a través de realidad virtual: