Lo que somos es, en gran medida, gracias a los esfuerzos de quienes nos antecedieron. Nuestros bisabuelos, abuelos, padres y nosotros mismos, seguiremos pasando la antorcha para que las siguientes generaciones tengan un mejor futuro.
Lo que hemos logrado hasta hoy, y de lo cual también tenemos que estar muy orgullosos, es fruto de cada paso que cada a través de generaciones hemos venido cosechando, de los esfuerzos y sacrificios que tuvimos que hacer para que nosotros hoy tuviéramos lo que tenemos, para que tuviéramos las herramientas necesarias para volar más alto de lo que ellos pudieron.
El legado que dejamos, no solamente como padres o madres, sino como empresarios, como miembros de familia, como cualquiera sea nuestro rol en este mundo, va mucho más allá de simplemente vender un producto o un servicio y trabajar por un sustento. Se trata de pasar la posta, de esforzarnos para dejar un futuro más promisorio, de brindar bienestar a aquellos clientes, colaboradores, aliados y a la comunidad en general, que eso es lo que le da sentido a lo que hacemos.
Se lo debemos a los antepasados, se lo debemos a las generaciones anteriores donde cada una aportó un pequeño paso para este largo camino. De la misma forma, nosotros tenemos esta gran responsabilidad, con nuestro propósito de vida, de continuar el proceso evolutivo. La oportunidad de seguir entregando tantas cosas que hemos tenido la fortuna de recibir gracias al esfuerzo de tantos que se esforzaron antes que nosotros.
La reflexión de hoy es seguir pasando la posta, seguir entregando valor y seguir dejando una huella en este mundo, haciendo la diferencia para tantas personas, que es lo que cada uno de nosotros hace cada día.