“La necesidad es madre de la creatividad”, reza el adagio. Y es que cuando hay adversidad, empiezan a aflorar las alternativas. Es en las dificultades cuando realmente demostramos de qué estamos hechos. Por supuesto, si tenemos la voluntad.
El negocio inicial era otro
Hace unos años escribí sobre un vivero móvil como modelo de distribución. Resaltaba su creativa propuesta de valor y cómo integraba estrategias offline con online, llevando los productos más cerca de sus clientes potenciales. Su nombre, Botánicus.
Tiempo después me encontré el mismo vehículo convertido en “Tienda de plantas – Café Bar”, ubicado en una popular zona de restaurantes en Bogotá. Ya no como vivero móvil, sino como un lugar para sentarse y disfrutar de algunos platillos, rodeado de plantas y elementos decorativos que puede adquirir.
Cambian las reglas de juego
Entré y disfruté con mi familia de un buen rato de domingo. Conversando con el dueño, quien se encontraba ese día en el lugar, me contó que el vivero móvil empezó a tener restricciones de acuerdo a algunas normas de movilidad urbana, lo que hacía cada vez más difícil estacionarse en diferentes zonas para ofrecer sus productos.
Lo que sí tenía claro es que no iba a renunciar a su gran pasión que son las plantas, a un concepto exitoso de decoración y a un merecido reconocimiento de marca. Así fue como sin experiencia previa en restaurantes pero con toda la determinación, surgió la idea del Café Bar Botánicus, donde la decoración y el ambiente le dan un toque especial y diferente a otras opciones de la zona.
La capacidad de reinventarse
Continuamente en nuestros negocios estamos expuestos a cambios en el mercado, en la legislación, en los competidores, en las condiciones de los proveedores, entre muchas otras variables. No depende de nosotros; pero lo que sí depende, es la capacidad de reaccionar, de buscar opciones y de reinventarnos.
Cada vez que nos cambian el juego, podemos girar y ajustarnos. En eso consiste la adaptación. Como decía Charles Darwin, “Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. El mensaje de Botánicus es sencillo pero poderoso: Reinvéntese, deje de quejarse y haga que las cosas pasen.