Siendo esta una de las estrategias más utilizadas recientemente por las entidades financieras como herramienta de diferenciación, busca la preferencia de la marca por razones distintas a los beneficios propios de la categoría, como son las tasas de interés, el portafolio de créditos, la ubicación de las oficinas o la cobertura.
Esta estrategia se apalanca en valores agregados de un perfil de cliente potencial muy claro: personas que viajan constantemente, de alto nivel socio-económico, que aprecian servicios personalizados y están dispuestos a pagar por ellos. Personas para las que cada detalle cuenta.
Es hacer deseable pertenecer a un selecto grupo con beneficios muy particulares. La necesidad de estatus es un gran motivador.
Este es el mensaje de American Express:
A quién llamar cuándo dice “no beber el agua”, pero usted lo hace?
Pequeñas cosas harán infelices sus vacaciones? Para algunos, así es la vida. Para otros, existe American Express. Cuando utiliza su tarjeta accede a una serie de beneficios personalizados. Está a 3.000 millas de distancia y necesita un médico? Le ayudamos a conseguir uno. No se puede registrar en el hotel porque perdió su billetera? Negociamos con el hotel. Necesita traducción? Estamos listos para ayudarlo. Puede su tarjeta débito decir eso? Como tarjetahabiente, puede contar con nosotros para hacer su viaje menos estresante. Es algo que no se cuestiona.