Después de haber estado radicado en Buenos Aires, regresé a vivir Colombia. Para el proceso de traslado y mudanza varias compañías presentaron sus propuestas, dentro de las cuales hubo una que me llamó especialmente la atención.
Más allá del servicio de embalaje y traslado que ofrecen todas, Crown Relocation fue particularmente organizada en su propuesta, además de ser la única con un programa de responsabilidad social, que fue lo que me interesó. Como parte de su programa internacional Charity in Motion, dona a las comunidades locales alimentos que en el momento de mudarse, las familias no pueden trasladar (está prohibido trasladar alimentos, líquidos y otras cosas).
Cada vez más las personas desean trabajar con compañías que comparten sus principios y valores, y no sólo con grandes y lejanas corporaciones. Los clientes quieren estar seguros que las empresas a las que les compran son responsables con sus empleados, sus familias, el medio ambiente y sus comunidades.
La responsabilidad social también es una forma de diferenciación y de lograr la preferencia de aquellos a los que les importa. La responsabilidad social es un deber de todas las empresas, las cuales lograrán capitalizar cada vez más su posición frente a consumidores más conscientes.
O como lo diría Jim Thompson, presidente de Crown Relocation acerca de dar a los demás: “Hay muchas formas de medir el éxito de una empresa. En mi opinión, una compañía realmente exitosa es aquella que encuentra la forma de devolver a la comunidad en la que opera. Una compañía no se puede considerar exitosa si no regresa algo a los demás”.
Sencillas iniciativas pueden hacer una poderosa diferencia.