Al comienzo el agua era gratis, la daban en los restaurantes y cafeterías en vaso, a veces filtrada, a veces directo del grifo, pero siempre gratis.
Luego se empezó a vender en bolsas plásticas y botellas. Su principal beneficio: agua natural y pura. Había nacido una nueva industria.
El siguiente paso fue ponerle sabor. El argumento: tomar agua no sólo es sano sino que además sabe rico.
Ahora las aguas son funcionales (cumplen una función específica para el cuerpo). Con un estilo muy similar al de Vitamin Water, las aguas Cristal Vitality empiezan a impulsar la categoría.
La lección es que sí se pueden diferenciar los commodities y ejemplos como el azúcar y los huevos son prueba de ello.