La cadena de restaurantes Cracker Barrel se ha apalancado en la nostalgia que generan “los viejos tiempos” para crear un ambiente diferente.
Entrar a un Cracker Barrel es como estar en alguna ciudad rural de Estados Unidos hace cuarenta o cincuenta años. Habiendo sido fundada en los 60’s en Lebanon, Tennessee, esta cadena ha dado un especial valor y significado a lo que representa compartir una buena comida con familiares y amigos. Podríamos decir que es algo así como la slow food de hace varias décadas.
Su decoración y servicios fueron pensados en lo que haría sentir a la gente cómoda cuando estuviera fuera de casa. Comida simple y honesta, como la de la abuela. Además la tienda de souvenirs permite comprar un obsequio para llevar de vuelta al hogar.
Prestan tanta atención a la decoración de cada tienda y restaurante, que exhiben los objetos antiguos como los tesoros más preciados de la herencia norteamericana, algo así como al estilo Hard Rock Cafe con las prendas y guitarras de artistas famosos.
Un concepto interesante donde simplemente la experiencia, recreada en una espléndida decoración y una comida casera, hacen la diferencia para un nicho de mercado lo suficientemente representativo para contar hoy con cerca de 600 restaurantes en 42 estados.