La historia de Helados Macondo nace en Soacha, uno de los municipios más poblados y vulnerables de Colombia, tratando de solucionar una problemática que afecta a esta comunidad y que es una de las mayores preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud: El consumo de azúcar entre poblaciones que no tienen acceso a alimentación saludable.
Este parece un cuento escrito por el mismo Gabriel García Márquez y fue contado a Bien Pensado por Carolina Cárdenas, una emprendedora de 22 años que le ha sobrado la fuerza, dedicación y coraje para posicionar su marca: Helados Macondo.
Carolina es una mujer alegre de trato y de charla pausada que al hablar no demuestra tener 22 años. Es segura, tranquila, calmada y explica con claridad su propósito en la vida: Ayudar a los demás, servir. “Los pequeños cambios que se hacen en una comunidad son un primer paso para cambiar el mundo” dice Carolina Cárdenas
La historia de Helados Macondo y la creación de sus únicos helados de mamoncillo solo se podría dar en esta tierra, donde una emprendedora decidió cambiar la composición tradicional de estos postres, hacerlos con frutas exóticas y de paso ayudar a una comunidad que se ve afectada por las pocas oportunidades de acceder a golosinas de buena calidad. Esta es su historia, contada por la fundadora Carolina Cárdenas.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Quién es Carolina Cárdenas?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Es una mujer emprendedora que ha luchado desde muy pequeña para solucionar problemas sociales. Yo vivo en Soacha, uno de los municipios más poblados y vulnerables de Colombia, donde la falta de acceso a comida saludable afectó gravemente la salud de mi familia y de mi comunidad, sumado a los problemas económicos… Entonces, soy una mujer que le gusta ayudar a los demás.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿De dónde nace la idea de Helados Macondo?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Todo empezó cuando yo estudié gestión empresarial en el S.E.N.A., allí teníamos que tener un proyecto empresarial productivo, y digamos que como parte del trabajo de inspiración teníamos que ir distintos lugares, entre ellos, terminé visitando la plaza de mercado de Paloquemao (Centro de Bogotá), ah, yo también había estudiado cocina antes, entonces estando en la plaza a mí se me ocurrió hacer un helado de mamoncillo. En ese momento, a todos les pareció una locura.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Por qué helado de mamoncillo?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Ese día estábamos en la parte de las frutas y como te decía, yo tengo estudios en cocina. Estando en trabajos relacionados con la cocina, era yo la que proponía platos nuevos, entonces, como te decía, estando en la plaza al ver el mamoncillo, dije por qué no un helado de esta fruta. Ese día estábamos con unas compañeras y empezamos a desarrollar la idea de cómo despulpar el mamoncillo y de empezar a crear nuevos sabores de helado. Ese es el comienzo de la idea de hacer helados con frutas exóticas como el chontaduro y otras.
Ahora, dentro de ese desarrollo, me di cuenta de un problema social, como te decía al principio, en poblaciones de bajos recursos como Soacha, donde yo vivo, no hay fácil acceso a alimentación saludable. Entonces lo que hice fue investigar sobre el consumo de helado, siendo este el tercer snack más consumido en el país. De ahí, pues seguí investigando para volver al helado una golosina saludable y dije, por qué no cambiamos toda la composición, la hacemos mejor para que llegue a poblaciones de bajos recursos como Soacha.
Desde ahí empezó todo. Bueno, también está que en mi familia hay un problema de azúcar y diabetes. Una tía mía se había visto afectado por este problema.
Por eso a nuestros helados se les cambió el azúcar por yacón orgánico que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Entonces todo se fue como confabulando, por decirlo de alguna manera, y así nació Helados Macondo.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Por qué Macondo?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Por las frutas, porque queremos es resaltar nuestra identidad cultural, porque somos pioneros en crear un helado de mamoncillo… Ese helado no lo vas a conseguir en ninguna parte del mundo y eso nos identifica como colombianos.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Cuánto tiempo lleva trabajando Helados Macondo?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Duré haciendo un año de investigación y otro año de ventas, o sea dos años largos.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Cómo les ha ido en el arranque?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Muy bien, demasiado bien. Nosotros empezamos vendiendo $600.000 al mes (US$200), o sea, nada prácticamente… Nosotros empezamos “Con las uñas” prácticamente. Mira nosotros empezamos con un capital de $300.000 (US$100) y comenzamos nuestra campaña en redes como, “quieres probar nuestro helado de mamoncillo” y la gente empezó a pedirnos domicilios. Entonces cómo te decía, empezamos vendiendo $600.000 al mes, luego se incrementó a 4 millones de pesos mensuales (US$1300) y pues ahorita abrimos cinco puntos más, entonces, nos va bien, esto va creciendo.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Cuál fue el primer gran negocio que ustedes hicieron?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Fue cuando pusimos el primer punto de distribución, que fue en un restaurante de Chapinero, eso fue en mayo del año pasado. Fue como concretar ese negocio… Yo me acuerdo, llegué donde el dueño y me dijo, bueno, empezamos mañana y pues ese fue como el primer recuerdo de mi primer gran negocio. Gracias a ese restaurante fue que nos dimos a conocer.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué situación recuerdan ustedes como el primer gran obstáculo?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): El primer gran obstáculo, pues el dinero… Y otro… Yo tuve una situación complicada, a ver, como yo soy egresada del S.E.N.A. Pues yo presenté el proyecto al Fondo Emprender, lo presenté tres veces. Mira, yo le dediqué muchísimo tiempo, yo dejé de lado mi vida de todo tipo, ya no tenía ni vida social, porque me la pasaba en frente del computador haciendo proyecciones y pues que uno lleve su proyecto para que esa entidad te diga esa idea no es viable, eso que usted está proyectando no lo va a poder cumplir porque no es real, tampoco va a tener un crecimiento tan alto, entonces en ese momento dije, no, esto no es para mí, o esta no es la idea, o es una idea muy arriesgada… Y que la rechacen tres veces, eso fue par mi fatal. Me enfermé, estuve deprimida, se me subió la tensión arterial, pero a pesar de eso yo me decía, tengo que hacerlo como sea. Me tengo que encontrar a mí misma y le voy a demostrar a ese fondo que mi idea si es viable.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Cómo superó esa situación?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Entonces dije, pues voy a empezar con $300.000 (US$100) pesos y vamos a ver qué pasa, ya después de eso, Socialab nos apoya, junto con Postobón en un concurso llamado Todos Podemos 2 y recibimos un capital pequeño de cinco millones de pesos, entonces ese dinero lo triplicamos, lo quintuplicamos y ya vamos súper bien. Esa situación difícil de alguna forma me impulsó.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Hasta este momento han tenido alguna situación de crisis?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): No, pues además de esa que te conté empezando, no, pero hay que estar preparados porque todas las empresas las sufren en algún momento. Por ahora contamos con el apoyo de Socialab a nivel de asesoría financiera y comercial, eso nos ha dado un gran respaldo.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué los diferencia a ustedes como empresarios de los helados de los demás productos saludables de su tipo que hay en el mercado?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): La diferencia es grandísima y no voy a hablar de la competencia, por el contrario los admiro y los elogio… Pero la diferencia nuestra es muy grande: Nosotros hacemos nuestros helados con leche de almendra orgánica, sin lactosa, no usamos azúcar o estevia, como pasa con todos los helados que hay en el mercado.
La estevia es un endulzante que es muy amargo y le cambia mucho el sabor al helado opacando el sabor de la fruta. Entonces, lo que nosotros hicimos con el yacón, aparte de que es un endulzante que está nivelando el azúcar del consumidor, colabora a que el helado tenga un sabor natural y evita que se opaque el sabor de la fruta.
Por lo tanto, tú te puedes consumir dos helados al día y te va a mantener bien, no va a alterar tus niveles de azúcar en la sangre.
Otro diferencial es que nosotros le compramos directamente a los productores de nuestras frutas, con eso eliminamos al intermediario y por lo tanto el costo final del producto se ve beneficiado.
Y… Pues el helado de mamoncillo, hasta ahora no nos lo han logrado copiar (risas), entonces ahí está la gran diferencia.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿En este momento qué está haciendo Helados Macondo?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): Buscamos crecer y estamos en todos los trámites de mejorar la marca. Esperamos empezar a llegar a lugares como Barranquilla, Melgar, Mesitas, Cartagena, donde uno no encuentra estos helados y si las cosas van bien, luego del quinto año, vamos a empezar a exportar.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué decirles a los pequeños emprendedores que están empezando, qué le dice Carolina Cárdenas a un muchacho como tú, que tiene una idea para crear empresa?
Carolina Cárdenas (Helados Macondo): No pues, tener mucha persistencia… Por más innovadores, o dinero que tengan, problemas se van a presentar, entonces, nada, persistir, aprender a superar obstáculos. Incluso si hay mucho dinero para hacer la realidad su sueño, lo que se debe hacer además es resistir y superar obstáculos. Esa es la clave de todo, ahhh y tener pasión (más risas), hay que ser apasionados por lo que hacemos.
Lecciones macondianas para hacer helados y crear diferenciales
- Pensar productos que ayuden a solucionar problemas de una comunidad, terminarán beneficiando al mundo y serán rentables.
- La investigación es la madre de todo buen desarrollo.
- Ni siquiera lo que ya está inventado se ha acabado de inventar: Helados de mamoncillo, un ejemplo insuperable.
- Se habla mucho de la persistencia, pero poco de la resistencia. Resistir es un arte y si se puede llevar a cabo con un helado en la mano, mucho mejor.
- No siempre la opinión de los que más saben es la mejor para nosotros como empresarios, si existe originalidad y se saben ejecutar las ideas, en algún momento darán resultado.