La marca de motocicletas Vespa nace como un fenómeno de masas en medio de una época difícil. Esta no sólo lograría revolucionar el transporte en medio de una Italia que había sido devastada luego de la segunda guerra mundial, también, se convertiría con el paso de los años en un icono de dicho país. Gracias a la creación de un concepto único que fue evolucionando a través de los años y adaptándose a las necesidades y gustos cambiantes de los clientes, Vespa lograría convertir un vehículo que si bien se producía a gran escala, también incluía unas características muy particulares que a la larga terminarían convirtiendo la marca en toda una leyenda. Sin embargo, esto no hubiera sido posible si la misma no hubiera sabido reinventarse a lo largo de los años, algo que sin duda las grandes marcas han conocido de antemano como un requisito indispensable para trascender en la historia.
La idea de crear un nuevo medio de transporte
Creada más como una apuesta algo arriesgada en la que se buscaba contribuir al desarrollo del país en una época de crisis donde el transporte público se había visto afectado y en la que para la gente del común prácticamente no existía la posibilidad de conseguir vehículos a precios asequibles, la empresa Piaggo empieza a concebir la idea de crear algo precisamente para hacer frente a dicha necesidad.
Exactamente fue Enrico Piaggio, el hijo de Rinaldo Piaggio el fundador de la compañía, la persona interesada en llevar a cabo dicho plan. Era una empresa que resultaba curiosa y más si tenemos en cuenta que originalmente Piaggio desde su creación a finales del siglo XIX había estado ligada a las industrias naval y ferroviaria, y más adelante con el comienzo de la primera guerra mundial vinculada también con el sector aeronáutico fabricando aviones. No obstante si se tiene en cuenta que durante la segunda guerra mundial varias de las instalaciones de la empresa fueron objetivo militar por obvios motivos, la idea de Enrico en el fondo no era tan descabellada, y aún mucho menos si consideramos que la empresa Piaggio, al haber estado ligada a industrias distintas a aquella en la que pretendía incursionar, podría ver con otros ojos y desde otra perspectiva el nuevo proyecto. Algo que en términos de innovación y nuevas ideas podría arrojar resultados interesantes.
Corradino D’Ascanio: el genio detrás de la creación de la Vespa
Corradino D’Ascanio era un ingeniero apasionado por la aeronáutica al cual en realidad no le agradaban las motos como medio de transporte. No obstante, él fue el encargado de perfeccionar y terminar de desarrollar un primer modelo que ya un colega suyo había creado anteriormente pero que no había satisfecho en plenitud las demandas de Enrico Piaggio. El hecho de que considerara las motocicletas un medio de transporte incómodo y en el que cualquiera se ensuciaba con facilidad, sumado a sus conocimientos en aeronáutica (en los cuales la Vespa estuvo inspirada), efectivamente le ayudarían a concebir un prototipo de características revolucionarias e innovadoras pero además contrapuestas a la mayoría de vehículos a dos ruedas de la época. Este no sólo ofrecía gran comodidad para las personas al sentarse sino que también contaba con una carrocería tal que permitía a cualquier persona montar el vehículo sin ensuciarse ni perder su compostura como habitualmente podía ocurrir en la mayoría de las motocicletas.
La Vespa: origen del nombre y aprobación del primer prototipo
Una vez D’Ascanio termina su modelo y lo presenta a Enricco Piaggio, este recibe su aprobación. Asimismo recibirá el nombre de Vespa cuando Enricco, al parecer por la forma que tenía el prototipo o el zumbido que producía el motor, dice que se asemeja a una avispa, o como se traduce la palabra al italiano, vespa.
Ya para 1946 saldría la primera producción de Vespas al mercado con la fabricación de pequeños lotes que la empresa iría incrementando gradualmente conforme aumentaba su aceptación hasta hacer de la motocicleta una popular scooter. Vale destacar que si bien en aquel entonces ya se producían motocicletas de ese tipo, ninguna había tenido el éxito que había alcanzado la Vespa en tan poco tiempo.
Un símbolo de libertad y el medio de transporte por excelencia de la época
A mediados del siglo XX, Vespa podía considerarse en Italia el medio de transporte por excelencia. Su éxito fue tal que rápidamente la marca se empezó a expandir por otros países dentro y fuera de Europa. Su versatilidad hacía de este el vehículo ideal a través del cual las personas no sólo iban a su trabajo, también, era un medio propicio para salir de viaje con la familia. Para la mujer esta representaba una forma de emancipación. Aprovechando que el lanzamiento de la moto había coincidido con un periodo en el que las mujeres estaban adquiriendo un papel cada vez más protagónico en la sociedad de aquel entonces, la marca tomó en principio la decisión de dirigir parte de su estrategia publicitaria al público femenino, algo que sin duda ayudó a acentuar entre ellas el sentimiento de libertad o de menos dependencia que le estaban otorgando nuevos derechos como la facultad de votar.
Obviamente la Vespa también sería usada como una útil herramienta de trabajo que jugó un papel fundamental dentro de la economía de muchas personas en Italia y también posteriormente en otros países donde este uso se popularizó y continúa aún vigente especialmente en países del tercer mundo.
El cine y su contribución a popularizar la Vespa como icono de Italia
Nada contribuyó más a volver la Vespa un reconocido producto del diseño Italiano que el cine. Pese a su rápida expansión por el globo y la popularidad que habían adquirido las motocicletas por sí solas, el cine terminó de consolidar a la marca y el éxito que estaba logrando por cuenta propia permitiéndole erigirse e identificarse como un claro icono de Italia a nivel mundial.
Otras cosas que no se pueden olvidar y que contribuyeron a la formación de la legendaria imagen de la que hoy goza Vespa, fueron las diferentes gestas y records que protagonizaron diferentes personas abordo de estas motocicletas recorriendo grandes distancias por ejemplo, o como en la imagen que mostramos a continuación, cargando hasta 30 personas (algo impensado para una motocicleta tipo scooter)
Vespa y su lucha por mantener un lugar en el mercado
A pesar del rotundo éxito que había logrado tener la marca en sus primeros años, los cambios que poco a poco se irían produciendo en la economía de Europa luego de superada la guerra, de la mano con las nuevas tendencias que se irían imponiendo con el transcurrir de los años, harían que Vespa pusiera en marcha diferentes estrategias con el fin de mantener su atractivo de cara al mercado y evitar quedar rezagada en el pasado. Como un modelo de transporte económico y asequible, una de las primeras amenazas que debió enfrentar fue la aparición de los primeros automóviles utilitarios (autos generalmente no muy costosos, de bajo consumo y donde prevalece la utilidad sobre otras funcionalidades). Ante las demandas de un público cada vez más aspiracional en una sociedad donde el nivel de vida iba en ascenso, la aparición del utilitario planteaba un terreno difícil para Vespa, y más teniendo que lidiar con aspectos como la mayor seguridad y comodidad que ofrecía el automovil. De esta manera, Vespa tomaría la decisión de dirigirse al público joven. Con ello empezaría a crear nuevos modelos en los que sin cambiar la esencia del modelo original, se crearían diseños más atrevidos en los que también se comenzarían a incluir distintos colores, algo que supuso un cambio importante teniendo en cuenta que con los primeros modelos sólo se había experimentado con una variedad de grises.
Adicional a esto, la marca empezaría a hacer anuncios en televisión. En el siguiente comercial, se anuncia la famosa Vespa 50, un modelo especial que no requería licencia de conducir. En él aparecería Gianni Morandi, una reconocida estrella juvenil en Italia cuya aparición por fortuna para la marca, resultó ser una exitosa estrategia para mantener el atractivo de este vehículo entre los jóvenes a principios de los 60’s.
Luego de la amenaza de los utilitarios, a finales de los 60 la aparición del movimiento hippie empezó a generar fuertes cambios entre los jóvenes. Bajo ese contexto, el panorama era incierto para una marca que se había decantado por el público joven. Sin saber exactamente en esos momentos cuáles eran los nuevos patrones bajo los que se estaba rigiendo la juventud en ese momento, fue todo un desafío para la marca evolucionar a la par de esta tendencia y establecer una estrategia de comunicación que resonara. Una vez se pudo entender que la rebeldía y el inconformismo eran los valores que más identificaban entonces a la juventud, Vespa pudo reinventarse nuevamente y adaptarse a los nuevos tiempos. Así fue como crearía la campaña “Quien Vespa come manzanas”, la cual utilizaba la palabra Vespa como verbo y aludía al pecado original como forma de sentar una posición con la que se identificara su audiencia. Con ese manifiesto, la marca se adhería así al nuevo movimiento joven que revolucionaba la época.
La Vespa como objeto de culto
Al lograr salir airosa de situaciones que bien podrían haber terminado extinguiéndola del mercado, Vespa consiguió trascender en el tiempo y convertirse en un objeto de culto. De hecho, hoy en día puede considerarse una leyenda viviente de la cual muchos se sienten orgullosos. Casi que al igual que Harley, la Vespa despierta entre sus propietarios y coleccionistas gran pasión alrededor del mundo con una diversidad de clubes en diferentes países. En síntesis, un sentimiento que sólo puede suscitar la scooter más famosa del mundo y tal vez la única motocicleta de su tipo que puede reunir multitudes entorno suyo. Algo que sin embargo no nos debe extrañar cuando vemos toda la historia que hay detrás de este popular producto Italiano.
