Es sorprendente la excelente labor que realiza la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) en pro de los empresarios de la ciudad. Es el ejemplo de entidad que claramente demuestra que la prioridad es su mercado y siempre va a delante en la identificación de las oportunidades que existen y la mejor manera en que su gestión podría apoyar el desarrollo de la ciudad.
En días anteriores, después de haberme vinculado como afiliado, recibí oficialmente la bienvenida a la CCB. Me sorprendió la forma tan organizada y estructurada como manejan el tema. Es algo así como el Kit de Bienvenida. Es la forma en que empaquetan su servicio de manera que se sienta un alto valor percibido asociado. La carpeta muy bien diseñada incluye un círculo metálico que se exhibe sobre una base para demostrar la calidad de afiliado en su propia oficina (materialización de un beneficio preferencial), un cuaderno con la explicación de los beneficios de estar afiliado y cómo sacar el máximo provecho a su membresía. Adicionalmente y a modo de obsequio, una libreta para toma de apuntes y un lapicero. Todo perfectamente marcado con la identidad de la marca.
Un muy buen ejemplo de cómo empaquetar un servicio y empezar una relación con los prospectos que se convierten en clientes, poniendo un estándar desde el comienzo en la percepción de valor.