En este mundo cada vez más digital, encontrar una nota a mano es toda una expresión de afecto. Una forma de diferenciación que sorprende no solo por su sencillez, sino por lo escaso de compartir un punto de vista personal.
Me encontré esta librería en Dublin donde Caroline, una de las personas del equipo, por supuesto obsesionada por la lectura, comparte una breve reseña de libro en la misma estantería. Una opinión personal del tipo: “De mí para ti”. Algo valioso para el desprevenido visitante que solo espera encontrar libros apilados con su propia historia.
Por ejemplo, la nota de arriba a la izquierda dice:
El hijo de mi padre, por Alan Cumming.
El ingenio y el humor natural de Cumming brilla en sus memorias, mientras explora su niñez en Escocia, y un padre que nunca apareció para amarlo. Una profunda lectura que lo atrapa, sin ningún sentido de autocompasión. -Caroline
En medio de la despersonalización de muchos negocios, esta pequeña librería ha decidido mantener ese significativo toque humano con sus clientes. Ese toque que todos deberíamos contagiar un poco más. Esos son los detalles que enamoran.