Aunque en la actualidad existen una gran cantidad de dispositivos conectados a internet dentro de los cuales podemos encontrar computadores, teléfonos móviles (más conocidos como smartphones), tablets, consolas, televisores inteligentes y otra serie de aparatos y máquinas cuya conectividad a internet aún no se ha extendido de manera plena (al menos no en la forma como lo han hecho otros dispositivos), la dirección hacia la cual las tecnologías de la información y la comunicación están yendo poco a poco nos están acercando a un escenario dentro del cual cada vez más será posible y normal, ver una cantidad aún mayor de aparatos y dispositivos electrónicos conectados a internet permitiendo también la conexión de objetos y artículos que ni siquiera tengan componentes tecnológicos ni eléctricos.
Así, se posibilita la integración e incorporación de cualquier elemento que haga parte de nuestra realidad a internet, con lo cual ya no sólo estaríamos hablando de teléfonos o televisores inteligentes, pues desde la óptica del internet de las cosas cualquier objeto estaría en condiciones de tener también esta cualidad teniendo la facultad de enviar y recibir información e interactuar no sólo con personas sino con otros objetos o cosas.
Gracias a la creación de nuevas aplicaciones en la nube, estos datos podrían ser interpretados pudiendo finalmente ser transmitida la información procesada a las personas en tiempo real y a través de una infraestructura especializada que permitiría en el futuro el flujo de enormes cantidades de datos (el llamado Big Data) que se estaría produciendo como resultado de conectar todas las cosas que imaginemos, y que podría resultar beneficioso para un determinado fin, conectar a internet.
Origen del concepto
El origen del término tiene lugar en 1999 durante una conferencia dictada por el científico Británico Kevin Ashton en el MIT, lugar donde se estaban haciendo investigaciones en identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y diferentes tecnologías de sensores.
A partir de entonces los estudios en este campo no han parado y al día de hoy diferentes empresas en el sector de las telecomunicaciones han hecho significativos aportes al proyecto. Entre ellas, una de las que más ha estado involucrada en el área y encabeza hoy en día las investigaciones en lo que se refiere al internet de las cosas es Cisco Systems, compañía que principalmente se encarga de la fabricación de equipos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación.
En este sentido la principal materia de estudio del IoT, como se conoce en inglés el concepto por sus siglas en inglés (Internet of Things), es la conectividad a la red a través de señales de radio de baja potencia, algo que permitiría la conexión de diferentes aparatos, dispositivos o cosas sin la necesidad de usar Wi-Fi o bluetooth, posibilitando con ello el acceso a internet de prácticamente todas las cosas (algo que también incluiría a personas y animales cada uno de los cuales contaría con una IP específica que los identificaría).
Gracias principalmente al uso de sensores que finalmente son los que se conectan a la red y recopilan datos e información sobre las cosas, se lograría la interconexión de una cantidad inimaginable de elementos creando todo un ecosistema en el que podríamos encontrar dispositivos conectados a la red que funcionan de forma pasiva (como es el caso de los sensores que recogen y envían información a la nube para ser procesada), y otros que ejercen un papel activo (aunque también los hay que también pueden cumplir ambas funciones), pudiendo realizar y controlar diferentes actividades como es el caso de los teléfonos inteligentes que pueden administrar otros aparatos a través de aplicaciones.
Sin embargo, la gran cantidad de conexiones que requerirá el IoT supondrá con el tiempo crear una infraestructura en equipo de telecomunicaciones mucho más robusta y asimismo desarrollar tecnologías en sensores que resulten más económicas con el fin de hacer más viable el proyecto y acercarlo cada vez más a la realidad haciendo que el número de cosas conectadas a internet sea también cada vez mayor.
El internet de las cosas en la vida práctica
A pesar de que actualmente sólo el 1% de las cosas están conectadas a internet y queda un largo camino por recorrer en el que se alcanzan a vislumbrar enormes posibilidades para el mercado de consumo y los sectores público y privado, el internet de las cosas es ya una realidad que de hecho está empezando a cambiar y transformar diferentes industrias y ámbitos de nuestra vida creando ecosistemas más inteligentes y potenciando el funcionamiento de cada cosa que se pueda conectar a la red.
De esta manera en el ámbito urbano a través de semáforos, cámaras y sensores que pueden estar ubicados en diferentes lugares de las vías, muchas ciudades están pudiendo hacer un mejor control del tráfico permitiendo a los encargados de manejar el flujo vehicular mantener al tanto de la situación y actuar rápidamente para hacer que las personas tomen vías alternas y así hacer frente a la congestión. Con el uso de sensores y el desarrollo de aplicaciones, los autos por ejemplo podrían recibir información de estos sensores y actuar en consecuencia informando a los conductores sobre problemas en las vías y sugerir tomar vías alternas para llegar más rápido al lugar de destino. De igual forma las carreteras inteligentes a través de sensores podrían por ejemplo avisar a los vehículos sobre un accidente que recién haya ocurrido de modo que estos al mismo tiempo avisen a sus conductores para que reduzcan la velocidad o en caso que no lo hagan reducir los mismos autos la velocidad de forma automática.
Asimismo otros ejemplos como los de las compañías relacionadas con el sector logístico, en el que otros negocios y personas pueden hacer seguimiento a sus mercancías y saber entre otra información en qué lugar del mundo se encuentra la misma o el sector salud, en el que a través de bandas con sensores o nanotecnología los médicos pueden hacer seguimiento a sus pacientes y monitorearlos de cerca para ver su evolución y hacer diagnósticos más precisos, muestran que el internet de las cosas es algo que no sólo no se encuentra lejos sino que ya de hecho está cambiando y revolucionando el mundo en que vivimos.
Por qué debería importarle a las empresas el internet de las cosas
Aunque en cierta forma ya hace parte de nuestra realidad, el internet de las cosas se plantea como la próxima gran revolución que después del surgimiento de internet tendrá el mundo transformando con ello no sólo la vida y la forma como interactuamos con las cosas y el entorno, si no que creará un universo de posibilidades que en últimas podría ayudar a hacer más inteligente la vida en general de las personas y con ello el funcionamiento de las empresas. Esto sin dejar de lado no obstante que como suele ocurrir con este tipo de avances también podría llegar a tener su lado negativo afectando por ejemplo la privacidad de las personas o haciendo que los virus y los problemas de seguridad en las redes estén a la orden del día.
Sin embargo, teniendo en cuenta que en los próximos años se espera que surjan un número importante de modelos de negocio basados en el internet de las cosas, y que los costos relacionados con el almacenamiento y procesamiento de grandes volúmenes de información así como de los procesadores y sensores vaya disminuyendo poco a poco, para las empresas se hará cada vez más importante al tiempo que necesario incursionar en este campo. Todo ello en aras de mantener la competitividad y hacer un manejo más eficiente e inteligente de los diferentes recursos que intervienen en toda la organización involucrando desde el capital humano que se encuentra en las diferentes áreas de la misma, hasta los insumos, la materia prima y la maquinaria que intervienen en los procesos productivos llevados a cabo por estas.
En cuanto a lo que se refiere al marketing específicamente, si hoy en día a través de los CRM’s las empresas pueden acceder a una gran cantidad de información sobre sus clientes, con el internet de las cosas esta se disparará a niveles insospechados pudiendo los negocios conocer mejor aspectos relacionados con los hábitos de consumo de la gente, la forma como las personas responden a diferentes campañas realizadas por estos, y conocer junto con los canales de distribución información e insights que difícilmente podrían llegar a conocer de otra manera. Todo esto además de una cantidad absurda de información que como ya se está diciendo requerirá de personas expertas en análisis de datos y en todo el tema del Big Data, y más con la posibilidad que tendrán las empresas de recoger información incluso a partir de cada producto que fabriquen gracias al internet de las cosas.
El internet de las cosas, algo para lo que hay que irse preparando
A estas alturas no hay duda que el internet de las cosas es el futuro. Teniendo en cuenta que en su momento internet causó una gran revolución e hizo que muchos modelos de negocios cambiaran o simplemente desaparecieran (como en efecto llegó a pasar con varias empresas e incluso industrias enteras), con el internet de las cosas esto será aún mucho más crítico, pues ya no sólo estamos hablando de un cambio que puede afectar sólo una parte de nuestras vidas o un tipo específico de negocios; se trata de un cambio dramático que afectará por completo la vida de todas las personas y organizaciones en la que el mundo cambiará radicalmente y el internet de las cosas será la realidad dominante. De esta forma a menos que las empresas se vayan preparando para afrontar ese cambio podrán sobrevivir y seguir operando en un mundo plenamente interconectado a través del IoT.