Cada vez más los diferenciales se encuentran en los pequeños detalles que hacen las empresas especiales y apreciadas por sus clientes; ese escaso y cálido toque personal.
La legendaria marca de relojes Patek Philippe se enfoca en la obsesión de su presidente por verificar personalmente el sonido de cada reloj antes que salga de la empresa.
Eso es story telling. Una apasionante historia que hace que la marca se aleje de sus competidores, quienes siguen obsesionados con el indiferenciado y trillado “estilo de vida para gente de mundo”.
Esta es la historia:
“Por supuesto, la acústica de los minuteros tiene que probarse. En nuestra empresa familiar de relojes, lo hace el presidente”
Cada reloj de pulso Patek Philippe con minutero debe pasar una prueba final antes de llegar a manos de su dueño. Desde que comenzamos a hacer estos tesoros del tiempo, ni uno ha dejado la empresa antes que el presidente haya escuchado su tic tac. Mi abuelo lo hizo, mi padre lo hizo.
Hoy, esta es mi tarea. En la tranquilidad de mi oficina, escucho el sonido de cada reloj para verificar que tiene la inimitable riqueza de ese timbre que es el sello distintivo del minutero de Patek Philippe.
Por supuesto, en un empresa familiar como esta, este involucramiento personal en la construcción de relojes es lo habitual. Y esta determinación para proteger la integridad de nuestros relojes es lo que representa el Sello Patek Philippe.
Este emblema de excelencia va más allá de cualquier estándar en la industria relojera Suiza. Lo más importante, es la evidencia de que nunca comprometeremos la calidad de nuestros relojes y ese papel de guardián siempre será personal, no corporativo.
Thierry Stern
Presidente, Patek Philippe