La leche, como otras categorías donde los competidores son cada vez más similares y los diferenciales de sabor no son fácilmente identificables por el consumidor, el empaque cumple un papel fundamental.
La lechera argentina SanCor introdujo al mercado su leche larga vida con tapa rosca, enfocando su comunicación en resaltar los beneficios, que de no hacerlos explícitos, podrían pasar desapercibidos:
- No toma los olores de otros alimentos en el refrigerador.
- Se puede guardar acostada, optimizando el siempre insuficiente espacio en la nevera.
- Evita derramamientos involuntarios.
Ha sido tan atractivo este empaque que la compañía cerró acuerdo para exportarla a China.
La presentación del producto es una razón de preferencia y crea temporalmente (hasta que la competencia lo copie) un beneficio exclusivo y único de la marca. Si quiere una leche larga vida con tapa rosca hay una única opción. Con un beneficio adicional para el cliente, al mismo precio.
Buen ejemplo de cómo los diferenciales no siempre están en el producto (y menos en categorías maduras y commodities).