Una de las mayores barreras que con frecuencia enfrentan los empresarios no es la falta de recursos económicos, la limitada experiencia en un campo o la falta de herramientas tecnológicas, es la actitud, la disposición a evaluar nuevas alternativas de hacer las cosas y de desafiar el status quo en que se encuentra su industria y su negocio.
No tememos a lo desconocido sino a dejar lo conocido
A lo que más le tememos no es a las cosas desconocidas sino a abandonar las viejas prácticas que aunque en muchos casos ya no funcionan, nos aferramos vehementemente como la única manera posible de llevar el negocio.
Y esto tiene que ver con los paradigmas. Con la idea preconcebida de que las cosas no van a funcionar sin ni siquiera haberles dado la oportunidad. No hay nada que genere más crecimiento y desarrollo para una empresa que estar permanentemente con una actitud de aprendiz y evaluando nuevas alternativas.
Por supuesto que muchas de ellas no funcionarán, probablemente la mayoría, pero lo único que no podemos hacer es quedarnos sin hacer nada. Así sea una o dos iniciativas que funcionen, puede ser todo lo que su negocio necesita para salir adelante.
Es un poco contradictorio, pues un gran número de empresas se quejan de la falta de diferenciación, de las guerras de precios o de lo costoso que es la publicidad. Así como hay opciones para hacer publicidad a bajo costo, así mismo hay alternativas para todo lo anterior, pero no sucederá un cambio si la actitud es de indiferencia.
Para lo que no queremos hacer siempre habrá una excusa
Las excusas más comunes: que los problemas de su industria son únicos, que ya ha ensayado ciertas cosas en el pasado y no han funcionado; en otras palabras, que la vida para los demás es más sencilla, pero que para usted estas cosas no aplican, que las condiciones de su sector son excesivamente particulares y que simplemente se encuentra en un agujero sin salida.
Como decía Albert Einstein en su definición de locura: “continuar haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”. Dele la oportunidad a nuevas iniciativas, participe en las redes sociales, fortalezca su presencia en internet, desarrolle garantías que su competencia ni sueña con ofrecer, exceda con pequeños detalles las expectativas de sus clientes, experimente. Experimente una y otra vez. Sorprenda.
No se quede esperando grandes ideas, en la mayoría de los casos son las pequeñas ideas bien ejecutadas las que logran una diferencia sorprendente, sostenible y reconocida por el mercado.
Revise todos los aspectos de su organización, desde la forma como despacha hasta los medios donde hace publicidad y pregúntese ¿hay una manera diferente de hacer las cosas que sorprenda a los clientes?, ¿hay algo que aparentemente nadie más en la industria está haciendo? Experimente y se sorprenderá de los resultados.