Pusana, Quino, Cimarrón y Karité son ingredientes que emergen desde el fondo de narraciones mágicas, tan sonoras como sus nombres y se internan en la humedad de las selvas pacífica y amazónica para convertirse en suaves cremas y aceites para el deleite de los clientes de Alma de Coco.
Esto es lo que evoca la línea de productos naturales, y realmente novedosos, que le presentó a Bien Pensado Verónica Rentería Guevara, fundadora y gerente de una empresa dedicada a hacer productos de belleza con una impronta natural. Desde el 2013 esta iniciativa empresarial ha ido ampliando su portafolio y hoy cuenta con más de 65 productos para el cuidado capilar, facial y corporal.
Les dejamos su historia y diferenciales:
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Quién es Verónica Rentería?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Es una caleña, enfermera profesional, especialista en administración en salud y acabo de empezar mi maestría en derechos humanos. Una soñadora, más antojada que pobre al lado de plato de comida, creativa y soñadora empedernida.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Por qué Alma de Coco, de dónde surge la idea de crear esta empresa?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Alma de Coco es una empresa que nace de las necesidades que yo tenía como mujer afro-descendiente y en un momento de convergencia, cuando trabajaba con el Estado y quería pasar a reconocerme a mí misma como una mujer independiente que también estaba en una búsqueda de lo que me conforma como lo ancestral de mi cultura y de lo que soy. También quería recuperar el manejo artesanal de productos para mejorar la apariencia personal.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué hace Alma de Coco?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Alma de Coco hace cosmética artesanal, pero más que cosmética tradicional es cosmética sensorial y biográfica. Esto quiere decir que la gente puede activar todos sus sentidos cuando prueban nuestros productos y es biográfica porque a través de ella cuento mi historia: Cada viaje que hago representa un producto, por así decirlo y por eso, por ejemplo tengo temporada de oro, temporada de rosas, proyecto selva, entre otros.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué vende Alma de Coco, qué comercializa?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Vende cosméticos con 65 productos. Empieza haciendo productos capilares inspirada en las mujeres negras, luego pasa a las mujeres indígenas y después para todas las personas, a partir de ahí nace la línea facial y la corporal.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿En qué momento Alma de Coco se convierte en una empresa?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Desde el primer momento vi a Alma de Coco como una empresa, tal vez los dos primeros meses de desarrollo de producto fueron empíricos, donde hacía mezclas y a la gente le gustaba, a mí se me ocurría echarle esencias y cosas así. Luego de los tres primeros meses ya dije, hay que hacerle un logo, voy a empezar a moverme en redes sociales y cosas así. Entonces para el 2014, mes de septiembre, Alma de Coco se convierte en una empresa como tal.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Cuál fue el primer gran negocio, ese con el que se pensó, esto va a funcionar?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Mira, para mí, el primer gran negocio fue la venta de una mantequilla de $5.000 que le vendí a una amiga en un frasco de compota lavado. Ella me dijo, Vero, esto es un hit, es increíble, de dónde sacaste esto y yo le dije es una receta básica: coco, cacao y ya. Ese fue mi primer gran negocio, porque al final si ella no me hubiera dicho que era increíble algo que yo estaba haciendo casi toda mi vida, desde los diez años no hubiera encontrado mi motivación. Por eso lo considero mi primer gran negocio.
Carlos Ayala (Bien Pensado): Hay un punto de quiebre en la historia de todas las empresas, donde sus creadores dicen NO, esto no funciona, esto no va para ningún lado ¿Ha sucedido esto con Alma de Coco?
Verónica Rentería (Alma de Coco): No, no hemos tenido esa etapa así… Tal vez me canso de los trámites propios de una empresa, pero Alma de Coco los ha sabido sortear muy bien y no ha perdido la confianza, hasta el momento no hemos tenido momentos así.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué hacen cuando se les presentan dificultades, son metódicos, improvisan, cómo solucionan sus inconvenientes?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Lo primero que hago es que me enloquezco, me desespero, luego me siento a pensar, consulto, hago mucha consultoría, con mi familia, amigos y al final termino haciendo lo que se necesita. No actúo mucho por estrategia, pero creo que escucho y me asesoro bien.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Cuál es el diferencial de Alma de Coco frente a otras marcas de maquillaje natural?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Bueno, mi primer diferencial, hacemos cosmética artesanal honesta. Eso quiere decir que si yo te vendo un jabón que dice que tiene glicerina de coco, solo va a tener glicerina de coco, no es glicerina de coco más paraben. O sea, no te vas a llevar la sorpresa cuando leas la etiqueta del producto con que la mitad del producto es alcohol, que suele pasar con muchas marcas de cosmética y que se contradice con lo que te habían dicho verbalmente. Eso es productos con ética.
El siguiente diferencial y creo que el más importante, es que Alma de Coco cuenta historias. Por ejemplo, la mantequilla, cuenta las historias de muchas mujeres afrocolombianas y mujeres indígenas, yo la llamo cosmética evolutiva. Se rememora por medio de las materias primas historias del conflicto, por ejemplo el cacao, rememoro historias como las del café o cosas tan simples como la luna de la selva.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Hay algún lugar o sitio web donde podamos leer esas historias?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Sí, en nuestras redes sociales y estamos construyendo una página para tal fin. Donde cada uno de nuestros productos cuenta historias para los que compran nuestros productos. (Instagram Alma de Coco).
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Para dónde va Alma de Coco, cuáles son sus proyectos?
Verónica Rentería (Alma de Coco): A mediano plazo es tener otro salón turquesa (lugar en el que está el showroom permanente de Alma de Coco) en Medellín o en Cali, donde se ha mostrado alto interés por este tipo de cosmética. A largo plazo, me encantaría tener desde la siembra de la semilla hasta el momento en el que la persona, el cliente final, lo aplica en su cuerpo.
Desde sembrar la palma de coco o la palma de chontaduro o las hierbas aromáticas, que a propósito ya empecé nuestro jardín, y hacerme cargo de todo el control orgánico hasta Alma de Coco Spa artesanal.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué decirles a esos empresarios que tienen ideas de ese estilo y que están empezando?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Que no se dejen ganar de las pequeñas dificultades. Ser intuitivo… seguir la intuición. Al final la idea debe ser fiel a los principios, a lo que uno es, no perderse… No quiero ser una marca cualquiera en una vitrina cualquiera.
Carlos Ayala (Bien Pensado): ¿Qué tips o recomendaciones les podría dar a esos mismos empresarios?
Verónica Rentería (Alma de Coco): Yo escribo, tengo una agenda donde anoto todas las ideas y no le pongo misterio en materializarlas. Por ejemplo, digo… Voy a empezar una línea para hombres, entonces escribo lo que debe tener, empiezo a experimentar hasta que… A la semana ya tengo toda la estructura de lo que quiero.
Lecciones de Alma de Coco
- Hay un mundo de materias primas inexploradas para ser usadas.
- La ética empresarial nunca pasará de moda.
- Ser un pequeño empresario también es un gran negocio.
- Se debe aprender a usar la transversalidad en los negocios: Un jabón para el cuerpo es bienestar para el alma y además contador de historias fantásticas.
- Si bien los productos suelen tener historias, la historia en sí, puede llegar a ser un gran producto, y mejor aun, un poderoso diferencial.