El marketing experiencial es una de las herramientas de mercadeo más poderosas, al vincular un producto a un concepto preestablecido. Permite desarrollar múltiples actividades y reflejar la identidad de la marca en variadas y creativas formas.
Chocolate City es un restaurante que promueve la temática del chocolate como su eje central de mercadeo. Está inspirado en la historia de Willy Wonka y la fábrica de chocolate. El chocolate es un concepto demasiado poderoso, amplio, florido y divertido para ser capitalizado. Después de visitar el restaurante, debo decir que tenía una mayor expectativa de la decoración, el ambiente y la experiencia que esperaba vivir. Por llamarse la Ciudad de Chocolate, no podía menos que esperar una sorprendente y mágica experiencia, para visitantes de todas las edades (Disney nos ha mal acostumbrado).
Aunque tiene algunos elementos decorativos afines, el concepto del chocolate es demasiado rico y profundo, como para ser tímidos en la generación de experiencias, máxime cuando cada vez más la comida se mezcla con las vivencias que permiten un mayor tiempo de permanencia y por ende, mayor consumo.
Cuando se adopta un concepto, se debe sacar el máximo provecho de todas las posibles asociaciones que fortalecen el posicionamiento, invitando a los clientes a frecuentar una y otra vez el lugar, en busca de vivir experiencias fascinantes. Los restaurantes no son lugares para comer sino para experimentar.