Deje que el cliente se vaya

Deje que el cliente se vaya

Suena contradictorio porque obviamente siempre queremos que el cliente permanezca y ganar su lealtad; pero hay momentos donde es necesario dejar que el cliente pruebe. Especialmente durante relaciones que llevan un buen tiempo, donde el cliente siente que tiene mejores alternativas afuera, que hay nuevos proveedores que están llegando a hacerle ojitos, a hablarle al oído, a darle mejores condiciones.

Todo en el papel luce maravilloso. A veces es importante entender que el cliente debe explorar, y si efectivamente su propuesta de valor es sólida, es clara y comparativamente con lo que hay en el mercado, se diferencia, el cliente regresará. Y si definitivamente lo que encuentra afuera está mejor de lo que usted le estaba ofreciendo, es una buena oportunidad para reflexionar.

Pero sucede que en muchas relaciones los clientes están evaluando opciones y no se sienten muy conformes con lo que tienen, porque afuera siempre “el prado del vecino luce más verde”; pero cuando se enteran y ven la realidad que muchas de las promesas no fue posible cumplirlas, ahí es cuando cobra valor y relevancia su relación.

En ocasiones, es simplemente dejar que tomen la decisión, dejar que prueben y permitirles, cuando sea el momento, que regresen. Pero no necesariamente tenemos que “retener” a los clientes a toda costa y a veces incluso haciendo concesiones adicionales, excediéndonos en beneficios, descuentos o lo que sea, para ganar su lealtad. Si está seguro de su propuesta de valor, no se deje amedrentar ni se preocupe cuando vea que hay otras alternativas. Si tiene claro el valor que genera, permita que el cliente ensaye, probablemente volverá.