Cada día me convenzo más de que los diferenciales no necesariamente están en la esencia de lo que uno vende. Una vez más, no se trata de lo que vende, sino de cómo lo vende.
Este concepto aplicado a servicios odontológicos por ejemplo, significa que el diferencial no necesariamente está en la calidad del trabajo realizado por el profesional, pues en muy pocas ocasiones el paciente tendrá el criterio técnico para juzgar un buen trabajo. Por esa razón los diferenciales se construyen sobre aquellas cosas que el cliente sí puede notar, evaluar y comparar.
He tenido la oportunidad de conocer varias odontopediatras para mi hijo en las diferentes ciudades y países donde hemos vivido, que me han permitido crear un referente. Recientemente llegamos a vivir a Medellín y la experiencia con su nueva odontopediatra en realidad me sorprendió.
Más allá del profesionalismo que uno como paciente percibe en las explicaciones de por qué recomienda hacer uno u otro tratamiento (para lo cual se tomó el tiempo de hacer el dibujo con términos “para pacientes”), debo decir que la experiencia fue un gran diferencial.
La odontología es una de esas cosas a las que uno no va feliz y dichoso. Genera algo de ansiedad. Por eso cuando la primera pregunta que le hace la odontóloga a mi hijo es “¿qué película quieres ver?”, me sorprendió. Tiene las últimas películas para niños las cuales proyecta en una pantalla que está pegada del techo y se escucha con audífonos inalámbricos (para además aislar cualquier otro sonido odontológico).
Adicionalmente, al final de la cita como “premio” por haberse portado tan bien (refuerzo del comportamiento), el paciente puede escoger un obsequio de una caja de alternativas.
Nada mal para la primera cita con su nueva odontóloga, con la cual creó desde el primer contacto una relación diferente y una percepción agradable de lo que implica ir al odontólogo.
La diferenciación es una poderosa herramienta que puede también construirse sobre la experiencia que brindamos a nuestros clientes, o en este caso pacientes. Ese es el poder de la diferenciación que puede aplicarse en cualquier industria.