Por estas épocas aflora la creatividad de muchos emprendedores. El ingenio por sorprender y hacer la diferencia para lograr la preferencia de los clientes es un desafío cada vez mayor, donde toda iniciativa suma.
Pequeñas cosas presentadas de manera distinta llaman la atención y crean historias significativas para nuestros clientes.
Paletas con ojos
En el 2014, Karla y Karen montaron su primer punto de venta Eyespop en Guatemala, contando ahora con 12 ubicaciones en centros comerciales. “Cuando empezamos queríamos transmitir nuestra manera de ver la vida, nuestra felicidad en paleta, por eso colocamos los ojitos. Son los ojitos los que transmiten el verdadero sentimiento de la marca, los que esperamos hagan sonreír”, comentan.
Dada la situación actual de confinamiento, los pedidos a domicilio han cobrado mayor relevancia. Sin embargo, con tantos negocios compitiendo por los domicilios de los clientes, ¿cómo hacer la diferencia?, ¿cómo incrementar la percepción de valor?, ¿cómo hacer algo creativo para agregarle a sus productos?
Juego de emprendimiento en casa
La respuesta fue armar un kit que además de las paletas, incluyera actividades para que los niños realizaran en casa. Ideas creativas que comparten continuamente en su cuenta de Instagram, para ponerle magia a los productos.
“Mi hermana es mamá y en ese momento el kinder no había mandado actividades. Ella se tardaba una hora en pensar qué hacer, media hora en prepararlo y las niñas lo hacían en 15 minutos. Entonces lanzamos el kit que trae tres actividades: 1) en la parte de atrás de las hojas hay dibujos para colorear, 2) agregamos coberturas para decorar los helados y 3) para niños más grandes, los materiales para jugar a la tienda con los que practican sumas y restas (ponen precios a los toppings, en las hojas anotan la orden con los precios para después sumar y cobrar)”, me comentó Karla.
No es lo que vende sino cómo lo vende
Por supuesto que el producto es fundamental, pero hay mucho más. Nos volcamos a lo que vendemos, desconociendo en muchos casos que hay enormes oportunidades en los “periféricos”. En las historias, en la magia, en los empaques, en los procesos, en el detrás de cámaras. Todo amplifica la experiencia. Y a mayor experiencia, mayor la percepción de valor.
¿Qué experiencias puede agregar a su propio producto o servicio?, ¿qué pequeños pero significativos detalles puede incorporar?, ¿cómo más puede incrementar la percepción de valor de su negocio? Vendemos mucho más que productos, vendemos experiencias.
Para vender, muchas veces no hace falta recurrir a las pruebas empíricas ni a datos concretos que nos lleven a conocer la realidad, con una simple mirada del lugar basta.
Parecen existir una serie de “verdades verdaderas” que nadie cuestiona. Y no por ello dejan de ser ciertas. Una de estas verdades recae en que todo el mundo debería saber que cuando hablamos de las ventas, es importante tener claro que a las personas no les gusta comprar lo cotidiano. Afirmar esto sin haber realizado un estudio representativo no debería tener ningún valor, pero ciertamente tanto compradores, como vendedores y algunos clientes coinciden en asegurar que, por lo general, las compras deben pasar por la bonita experiencia de llegar al lugar preferido y escoger lo que ciertamente nos hace feliz.
Esto ocurre principalmente por un factor de la motivación ante los procesos de compra y agradable atención por parte de los colaboradores.
Puede parecer una opinión sencilla, pero lleva un grupo complejo de verdades que se traducen exactamente en la motivación visual y tangible.
Hola Josmar, efectivamente las pequeñas cosas generan un gran impacto en nuestros clientes. Saludos!