Mercadeo es un hábito que se practica a diario
En mercadeo no hay fórmulas mágicas. Como todos los cambios que perduran, es hacer las cosas correctas de manera integrada y metódica. Ningún hábito se forma con una sola acción.
Dudo de las dietas extremas para bajar de peso, o de los programas de ejercicio que ofrecen resultados en una o dos semanas. Simplemente no modifican los hábitos; y sin esto, no hay permanencia de resultados.
Mercadeo es un hábito
Es acostumbrarse a generar un buen servicio (siempre, no a veces); a ser consecuentes con la imagen de la compañía en todos los frentes; a ser permanentemente creativos (no sólo cuando las ventas van mal); a identificar nuevos mercados. En resumen, a entregar valor consistentemente.
De la misma manera como la cultura organizacional no se modifica con una charla del departamento de recursos humanos; el convertirse en una empresa que permanentemente sorprende a sus clientes no se forma de la noche a la mañana. Se requiere voluntad y perseverancia.
Mercadeo es un sistema integrado
Como lo discutimos en el concepto del Reloj de Arena, el mercadeo es un flujo continuo que comienza con atraer clientes potenciales (no cualquiera, prospectos que lo aprecien y paguen lo que usted vale); generarles confianza en su empresa a través del tiempo; invitar a que prueben su servicio o producto (riesgo mínimo o inexistente); generar la venta como consecuencia lógica; y finalmente cultivar la relación futura para generar compras repetidas.
Mercadeo no es una acción táctica
Una acción táctica es eso, una acción táctica. Y aunque en algunos casos funcionan, no generan resultados sostenibles. Sirven para cumplir la cuota del mes, pero no garantizan el cumplimiento del año. Un agresivo descuento en precio (y recuerde que alguien siempre estará dispuesto a bajar aún más); una promoción navideña; una aislada inversión publicitaria; un correo directo masivo e indiscriminado; o un programa de entrenamiento de un fin de semana; ninguna de estas acciones logrará un resultado por sí misma si no es parte de algo más grande.
Las acciones tácticas son como “bombazos” que enviamos al mercado. Generan cierto revuelo temporal, pero luego vuelven las condiciones naturales a prevalecer. Para probarlo, simplemente pensemos qué tanto hemos cumplido los propósitos que escribimos el 31 de diciembre para el año nuevo. Seguramente su lista es como la mía, cada año quisiera hacer más ejercicio y comer más saludable. Sin embargo, construir hábitos no es tan sencillo.
Mercadeo es coherencia y perseverancia
Es la consistencia de las acciones y la persistencia de la estrategia (meses e incluso años), lo que permite que las compañías cosechen sus frutos consistentemente. Que sean menos vulnerables a los vaivenes de la economía o a las acciones de la competencia.
En su experiencia, ¿qué otras acciones tácticas deberíamos buscar integrar a la estrategia de mercadeo? ¿Qué más debemos considerar?