Las marcas buscan permanentemente crear una relación más estrecha con sus consumidores. Formas de incrementar la lealtad, o en otras palabras, disminuir la posibilidad de migración de sus clientes a las marcas competidoras por alguna acción promocional o actividad puntual que los atraiga.
Por esta razón muchas empresas inician programas de lealtad. Sin embargo, un programa de lealtad, a diferencia de lo que pueden creer muchas empresas, no se basa solamente en ofrecer obsequios. Debe ir más allá. Si la relación se basa en regalos y premios, estarán con la marca hasta el día que un competidor les ofrezca algo más atractivo. El ir más allá incluye un sentido de afiliación, de valores y principios, de comunidad. De no sentirse solo y acompañado en un proceso. Y esto es lo que ha hecho muy bien la marca Pequeñín.
En Bucaramanga tuve la oportunidad de conocer el concepto del Club Pequeñín. Este programa de lealtad tiene varios aspectos a capitalizar desde el punto de vista de mercadeo:
El local permite al consumidor establecer una experiencia con la marca.
- Promueve su linea completa de productos. Una limitación de las marcas son los espacios limitados en los canales de distribución (supermercados, tiendas, droguerías), lo que hace que no siempre carguen el inventario completo de una linea. En el punto propio existe la posibilidad de dar a conocer todos los productos.
- Se premia por el consumo. El club cuenta con una serie de productos divertidos para bebés, no solo productos de la marca. Los premios se obtienen por acumulación de puntos por compra.
- Base de datos. Para disfrutar de todos los beneficios del club, el consumidor debe registrarse (incluso para acceder a la página hay que registrarse). De esta manera la marca cuenta con una sólida y confiable base de datos para permanecer en contacto.
- Conferencias. Más allá de los beneficios que ofrecen los productos, la marca se involucra con sus consumidoras a través de charlas y conferencias de orientación para el cuidado y desarrollo de los niños.