Sibarita es una marca de pizza congelada de McCain en Argentina que podría diferenciarse de la competencia, si le diera más relevancia a lo que resuelve que al producto en sí.
El principal argumento de todas las pizzas congeladas (y en general de los alimentos) es el sabor, la calidad de los ingredientes, la variedad o la presentación. Nada raro ni nada que sorprenda.
El problema es que la calidad es una expectativa, no un diferencial.
Sin embargo Sibarita tiene un elemento que comunica tímidamente y que podría ser la esencia que activaría el consumo. Es la razón de fondo por la cual la gente compra el producto: porque los saca de apuros.
Es evidente que una pizza congelada no tendrá la misma calidad que una recién horneada en una pizzería, por lo tanto argumentar el sabor es enfocarse en el argumento incorrecto.
Tanto en la parte de atrás de su empaque como en ciertos lugares de su página web, se enfoca en el problema real que resuelve: Te salva. Tenela. Completamente claro, directo y fácil de comunicar.
Por supuesto cualquier competidor podría decir lo mismo, pues todas “te salvan”. Sin embargo el consumidor asigna el diferencial a la marca que mejor lo comunique y con la cual lo termina asociando.
Y una forma que tiene Sibarita de proteger y fortalecer un posicionamiento que podría funcionar para cualquiera de sus competidores, es apropiándoselo con elementos que respalden y profundicen esa promesa de valor. Si el producto te salva, estas son las razones por las que Sibarita te salva.
Asociación esperada: “Tener pizza congelada Sibarita en el congelador me salva”. Ahí está, sólo hay que comunicarlo consistentemente para diferenciarse. Pero a veces preferimos jugar “a lo seguro”, a lo que comunican todos, con la evidente consecuencia lógica: nadie se diferencia y todos terminan compitiendo por precio.