Una interesante forma de diferenciarse y lograr clientes en el cada vez más competido sector turismo es la especialización en viajes temáticos.
Quedarse ofreciendo los mismos paquetes vacacionales hacia los mismos destinos y en las mismas temporadas pone demasiada presión sobre la rentabilidad.
He aquí dos interesantes ejemplos de turismo temático, La Ruta del Vino y la Experiencia Boca. Se dirigen claramente a segmentos de la población mucho más pequeños (amantes del vino y amantes del fútbol respectivamente), pero goza de las bondades de un buen diferencial: menos competencia y mayor rentabilidad.
La Ruta del Vino de la Patagonia ofrece un recorrido por las provincias de Neuquén y Rio Negro, donde el visitante prueba diferentes tipos de vinos acompañados de la propia culinaria de la zona. Incluye visita a las bodegas del Fin del Mundo, Nqn, Familia Schroeder y Valle Perdido.
Claramente estos planes no son para todos, pero los que lo disfrutan están dispuestos a pagar.