Todos los días escucho la misma expresión de vendedores, empresarios y profesionales de diferentes sectores económicos: “¡Este año está muy duro! Y con todos los que hablo están en las mismas”. A decir verdad, no solo la escucho todos los días, la escucho todos los meses y todos los años. Las economías son cíclicas y si bien cada año tiene sus avatares, siempre hay algo en lo cual apoyarse para seguir diciendo que la cosa está muy complicada. Es normal. Siempre buscamos un poco de autocompasión y de conmiseración por los que están “generalizadamente” en la misma situación que nosotros. (Mal de muchos, consuelo de …).
Si necesita excusas, ¡se le tienen!
Y por supuesto no estoy desconociendo que exista; claro que ciertos indicadores están afectando diferentes áreas de la economía. Como ha sido, es y será, por los siglos de los siglos. Nada nuevo en eso. Nada nuevo en quejarse. Si no es el precio del petróleo, es la corrupción; si no son los fenómenos naturales (mucha lluvia o nada de lluvia), es la disminución del gasto público; si no es el aumento del IVA, son los competidores más económicos; si no es la disminución del consumo en los hogares, es la devaluación; si no es el paro de transportes, es “la incertidumbre del mercado”. Póngale el nombre que quiera, siempre encontrará algo. Es la realidad en la que vivimos. Bienvenido a Latinoamérica.
De hecho hace poco documenté 30 maravillosas excusas para no vender, donde podrá encontrar aún más ideas para seguir justificando los pobres resultados y seguirse flagelando de la triste situación en la que se encuentra. Fantásticas ideas para intentar explicarle a su jefe por qué no está alcanzando los objetivos comerciales. Buena suerte con eso (la va a necesitar).
Una noticia buena y una mala
Aunque vivimos en un mundo convulsionado, (y lo mismo ha dicho cada generación desde hace décadas); no todo nos afecta de la misma manera.
Lo que afecta al mundo, no necesariamente afecta su país.
Lo que afecta su país, no necesariamente afecta su industria.
Lo que afecta su industria, no necesariamente afecta su compañía.
Lo que afecta su compañía, no necesariamente afecta su zona.
Lo que afecta su zona, no necesariamente afecta a su cliente.
Lo que afecta a su cliente, no necesariamente lo afecta a usted.
Pero aun si todo lo anterior lo afectara, si el panorama fuera oscuro y poco prometedor; cuenta con la más poderosa, invencible y subutilizada herramienta para superar el peor de los obstáculos: su actitud.
Y eso es una buena noticia, porque depende de usted.
Pero también es una mala noticia… porque depende de usted.
No me diga lo qué está mal; sino lo que va a hacer al respecto
Si invirtiéramos la misma energía que utilizamos en quejarnos en buscar alternativas viables, los resultados serían muy diferentes. Tiene más control sobre su destino de lo que cree. Por ejemplo…
- ¿Está siguiendo rigurosamente su cronograma de visitas a clientes?
- ¿Se está reentrenando en beneficios y diferenciales de producto?
- ¿Está generando referidos?
- ¿Está intensificando su modelo de distribución?
- ¿Está explorando nuevos nichos de mercado?
- ¿Está evaluando nuevos usos/necesidades donde lo que vende puede encajar?
- ¿Tiene claro sus diferenciales?, ¿Los está comunicando con claridad y simplicidad?
- ¿Está sorprendiendo a los clientes con detalles que enamoran?
- ¿Está la operación funcionando sin contratiempos?
- ¿Está monetizando sus diferenciales de cara al cliente?
- Etc., etc., etc.
El mensaje es muy sencillo: Usted no decide lo que pasa a su alrededor, pero sí lo que hace al respecto. En serio, deje de quejarse y haga que las cosas pasen.