Los diferenciales son más sencillos de crear de lo que podría imaginarse. No tienen que ser grandes innovaciones, descubrimientos o reinvenciones industriales (aunque por supuesto es una opción).
En una época en la que pareciera que prácticamente todo está inventado, generar cambios radicales exige grandes inversiones y ponen el punto de equilibrio mucho más alto, algo inviable para la mayoría de los emprendedores.
Para diferenciarse basta con tener un un discurso claro que permita posicionarlo como una opción distinta a lo habitualmente conocido y a lo que la gente ha vivido en experiencias pasadas. Una de las características de un buen diferencial es que sea fácil de entender y fácil de explicar.
Un buen diferencial es rentable, es decir, la inversión de recursos necesarios para crearlo y comunicarlo puede ser rápidamente recuperada.
Un producto exitoso no tiene que ser completamente distinto, simplemente debe presentarse distinto. Son cosas como pizza en cono o waffle en palito, como empaquetar seguros por tipo de cliente, pavo con termómetro o milanesa para tostadora. No son grandes innovaciones. Es lo mismo presentado de manera diferente y comunicado magistralmente.
Este regalo de navidad me sorprendió por su sencillez pero también por la forma creativa en que presenta algo tradicional de manera diferente. No es lo mismo ofrecer un paquete de galletas (más de lo mismo) que ofrecer los ingredientes para hacer las galletas con una historia detrás. Las historias conectan y dan de qué hablar. Algo tan simple como unas galletas puede presentarse de manera diferente.
Diferenciarse es cuestión de creatividad, no de recursos. Por eso es tan escasa.
Me parece excelente esta pagina muy creativa y motivadora. gracias
Me alegra mucho Sonia 🙂 Saludos!