¿Qué hacer si su competencia ofrece más beneficios y para colmo de males es más barata?
No es el mejor escenario, pero pasa. Claramente, es más fácil enfrentar competidores de bajo precio cuando usted tiene argumentos evidentes para sustentar su mayor precio. Pero cuando tiene esos competidores que de verdad ofrecen una solución robusta y además son más económicos (que además de economías de escala y apretar a sus proveedores, vaya usted a saber cómo lo logran), la cosa se complica. ¿Cómo le justifica al cliente que usted cuesta más pero ofrece menos? Que la fuerza te acompañe.
Pero tranquilo que lo único en la vida que no tiene solución es la muerte. Antes de entrar en pánico, verifique que de verdad sí sean una mejor opción, porque el papel puede con todo. Y si ofrecen más cosas, ¿son realmente beneficios?, ¿cosas que al cliente le importan? Presumamos que sí, que efectivamente es un competidor súper poderoso, que ofrece grandes beneficios a un precio muy competitivo.
Preservación de la especie en tres pasos
Paso uno, revise en su propuesta de valor si algo le está faltando por comunicar. Cuando se trata de justificar el precio, todo argumento suma. No vaya a ser que esté dejando unas joyas de argumentos sin exponer y el cliente no los reconozca.
Paso dos, si después de buscar en sus entrañas no encuentra nada a lo que pueda echarle mano, hay que incrementar la percepción de valor. Es decir, que los clientes perciban que reciben más a cambio de lo que pagan. Agregue cosas que no le cuesten mucho pero que la gente se desmaye de la felicidad. La importancia del precio irá disminuyendo gradualmente.
Paso tres, el menos deseable de los escenarios. Disminuya precios para que correspondan a lo que entrega. Si le tocara tragarse este sapo, sepa que hay formas de hacerlo con dignidad. Por ejemplo, cree una versión “básica” que cuesta menos, donde el cliente no recibe mucho menos, solo para ir cerrando el gap entre el precio anterior y el nuevo. Esto hará su nuevo opcion light mucho más atractiva porque es más económica, pero el cliente deja de recibir uno que otro beneficio no tan relevante. O sea, la más barata es mejor negocio.
El punto de fondo es recordarle al cliente todos sus beneficios, todo lo que va en el “combo” cada vez que le compra. Que el cliente siempre entienda que cualquiera sea el precio que está pagando, es un muy buen negocio para la cantidad de maravillosos beneficios que está recibiendo.
Hola buenos días. Pienso que aquí amigo David,sus comentarios en esta situación, que muy frecuentemente se nos presenta, en nuestro diario vivir, no son tan acertadas. Es muy Difícil enfrentar a un Competidor con estas Ventajas a su favor, que nos dejan temblando. La solución es, si no es posible sacrificar rentabilidad por que estamos al límite, solo nos queda esperar que a este competidor se le acaben sus inventarios, para contraatacar con nuestros precios y así lograr al fin hacer buenos negocios. Y claro vender lo que no se haya afectado por esta situación.
Lo demás no procede,por muchas razones valederas y que no podemos tapar el sol con un dedo.
Son 42 años que llevo toreando todo tipo de situaciones parecidas.
Totalmente de acuerdo, en este caso la teoría no se aplica a la realidad
Creo que en estos casos, siempre se puede reforzar y aplicar en servicios y productos.
En un mercado competitivo, por lo general el factor precio, es lo primero que se toca al momento de competir. Lo principal es reforzar tus atributos, tu diferenciales, resaltar lo que haces mejor, entregar una propuesta de valor robusta.
Al final lo que buscamos es fidelizar al cliente (promoveer la recompra). El “cliente” que compra por precio no es “cliente”, siempre buscará el más económico, si es que no hay una buena propuesta de valor (una buena razón, porque deba pagar un poco más que la competencia).
Saludos
Ese es uno de los puntos más importante Bruno, tener claro cuáles son los clientes que aprecian los diferenciales y cuáles no. Como bien expresas, no todos son clientes potenciales.
Siempre es una situación muy desafiante Holmes y nunca dejar de buscar caminos para diferenciarse.
QUE BIEN QUE BUEN EJEMPLO QUE BUENA ENESEÑANZA
Un gran saludo Gildardo
Que tema tan interesante,el precio no es el problema el problema es saber explicar los beneficios ofrecidos y que se cumplan, la calidad de la atencion
Así es Claudia, saludos