Bien decía Steve Jobs que el diseño no es sólo como luce, sino como funciona. En otras palabras, no basta que un producto luzca bien, sino que además funcione bien.
Las billeteras para hombre no han tenido grandes transformaciones últimamente. Más allá de los cambios en la forma como lucen (texturas, colores, cierres, dobleces y demás), poco han evolucionado en la forma como funcionan. Se mantienen como un elemento para mantener todo lo necesario en un solo sitio. Y como bien sabemos, practicidad y funcionalidad son cosas que los hombres valoramos.
Bellroy, compañía especialista en billeteras para hombre, ha resuelto el problema del volumen y la estética. Partiendo del principio más básico y poderoso del marketing, identificar frustraciones de la gente, Bellroy ha desarrollado una linea de billeteras funcionales que se apalancan en un poderoso concepto: “Adelgace su billetera”. Sencillo, claro y contundente. Como debería ser toda la comunicación publicitaria.
Sustentan su diferencial por tener un mejor diseño interior, eliminando cuero y aire entre las tarjetas y documentos. Incluso puede interactuar en su página web poniendo tarjetas en dos billeteras, una de Bellroy y una de la competencia, para que vaya viendo paso a paso la diferencia en volumen que cada una va tomando. Así es como se comunican los diferenciales, de manera sencilla y específica. Demostrando el por qué puede prometerlo y dando pruebas de ello.
Es tal su foco en el diseño y la funcionalidad, que todos los productos tienen alguna razón clara para explicar su beneficio. Cada producto además de lucir bien, hace algo o sirve para algo. Unas están diseñadas para llevar billetes doblados y otras para llevarlos estirados. Unas están diseñadas para viajar y otras para actividades al aire libre (impermeables y con cierre). El porta-pasaporte incluye un mini lapicero para llenar los formatos de aduana y está diseñado para que lo pueda separar de la billetera, y así dejarlo en la caja de seguridad del hotel. Incluso los forros en cuero para el teléfono móvil sirven para guardar documentos, sabiendo que en ocasiones lo único que se carga es el celular y ahí debe llevar todo. Son diseños pensados en la forma como van a funcionar y en el uso que se les va a dar, no sólo en lucir bien.
Como muchas empresas de su tipo, su historia empezó por la frustración de unos estudiantes de diseño al ver lo feas que se ven las billeteras de los hombres llenas de papeles y documentos (y peor en el bolsillo de atrás del pantalón!), además de ser mínimamente funcionales. Se enfocaron en hacer reingeniería a la forma como cargamos los documentos, basados en los principios de carryology (algo así como “transportología”), para hacer las billeteras menos aparatosas y más funcionales.
Las oportunidades existen. Resuelva frustraciones y nunca le faltarán clientes. Bellroy lo tiene muy claro. Gran ejemplo de cómo diferenciarse a través del buen diseño, la funcionalidad y un mensaje ridículamente claro, específico y fácil de entender.