Cuando se piensa en una idea de negocio, en introducir un nuevo producto al mercado, hay varias cosas que es importante tener en cuenta antes de dar el paso:
- Verifique que haya una necesidad insatisfecha, que los sustitutos no estén resolviendo adecuadamente lo que su nuevo producto pretende resolver
- Aunque sobra decirlo, la evaluación del potencial de mercado se debe hacer con los prospectos o clientes potenciales correspondientes, no con los amigos. Pues aunque pueden compartir algunas características afines al mercado, no siempre representan el perfil del prospecto y lo puede llevar a conclusiones equivocadas.
- Evalúe intención de compra, no sólo agrado. Por eso lo que se debe determinar no es si el producto le gusta a las personas, más allá de eso es si realmente estaría dispuesto a comprarlo, a pagar por él. Y hay una gran diferencia. No se pueden tomar decisiones de lanzar productos basadas simplemente en el agrado, es necesario garantizar que ese agrado se traduce en dinero.
- Determine si la demanda es suficiente para hacer el negocio rentable. En otras palabras, que haya suficientes personas para la cual lo que ofrece es interesante y están dispuestas a pagar por ello.
- Sea conservador en sus cálculos. Infortunadamente es más común pecar por exceso que por defecto. En este caso el exceso significa exceso de inventario, exceso de gasto publicitario y exceso de optimismo. Con esto no quiero decir que no se deba tener una actitud positiva, por supuesto que sí. Lo importante es tener los pies en la tierra teniendo en cuenta que el desarrollo de los mercados y el crecimiento de los negocios no se da de un día para otro. Toma tiempo, esfuerzo e incluso dinero. Proyecte su flujo de caja acorde a unas expectativas realistas.
Entonces, cuando tenga una nueva idea de negocio, no sólo le pregunte a sus amigos si les agrada, verifique que lo comprarían. Y como dijimos, no sólo sus amigos, sino a sus clientes potenciales. Pero ante todo, mida la intención de compra.