(Oops), esto es literalmente marketing

(Oops) vino Carmenere caso de marketing
(Oops) vino Carmenere caso de marketing

Diferenciarse en el mundo de los vinos es un gran desafío. A menos que se cuente con una historia bien contada y que posicione una marca por una condición especial, es casi imposible ser recordado. Si el cliente no puede contarle rápidamente algo de usted a un amigo (por qué empezó, qué significa su marca, en qué se especializa, o algo similar), difícilmente lo tendrá en el radar (y esto aplica para cualquier negocio). Esta es la historia de la marca de vino (Oops), un nombre que hace alusión a un error histórico pero comúnmente contado: una uva que se creía extinta pero que apareció en otro continente sin que nadie se hubiera percatado.

Cuenta la historia que a comienzos del siglo XVIII había seis uvas nobles en Bordeaux: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Carmenere, Merlot, Malbec y Petit Verdot. Estas uvas ayudaron a forjar la reputación francesa alrededor del vino. Infortunadamente en 1860 la piloxera, una plaga devastadora que ataca las raíces, abruptamente acabó con los viñedos en toda Europa. Tiempo después, cuando se empezaron a replantar, la única que nunca pudo resucitarse fue la uva Carmenere. Pasaron las décadas y se empezó a notar que el Merlot de Chile no sabía como los otros Merlot. No sabía como Merlot sino más bien como una mezcla de Merlot y una uva exótica, efectivamente: Carmenere, conocida como “La uva perdida de Bordeaux”. Resulta que algunas plantas de Carmenere habían sido trasplantadas desde Francia hacia Chile un siglo atrás, y nadie se había percatado de su existencia. Con gran júbilo, apareció la uva perdida en otro continente. El olvidado Carmenere empezó a crecer en Chile junto con el Merlot por lo que se presumía que era un “Merlot Chileno” hasta que en 1994 el viticultor Jean-Michel Boursiquit reveló el error. (Oops).

Oops es literalmente marketing. Tomar una historia, ponerle un nombre simpático para el mercado internacional y contar la historia. No siempre se trata del producto, sino de la mística historia que queremos que nuestros clientes cuenten. Un buen storytelling exalta un concepto para hacer más atractiva una marca. Ni más ni menos.