“Su llamada es muy importante para nosotros”

“su llamada es muy importante para nosotros”

“Su llamada es muy importante para nosotros” se ha convertido en un verdadero cliché, una frase repetida hasta el cansancio en una eterna espera y que poco o nada representa un genuino interés. Muchas empresas afirman poner el cliente al centro, pero ¿realmente lo hacen? Ponen al centro la venta, eso sin duda, ¿pero al cliente que genera esa venta? Si así fuera, valorarían su tiempo, sus opiniones y su deseo de comunicarse de manera efectiva.

No se puede negar que existen circunstancias coyunturales que requieren. Si bien los clientes pueden ser impacientes y exigentes, no son completamente irracionales. Entienden y aceptan ciertas demoras, dentro de unos límites, o al menos mientras se mantenga informado. El desasosiego llega cuando escuchamos “su llamada es muy importante para nosotros” por enésima vez en una espera de veinticinco minutos.

La realidad es que muchas empresas solo prometen de dientes para afuera. Valorar verdaderamente a los clientes implica más que simplemente declararlo; hay que demostrarlo con acciones concretas que respeten su tiempo y sus necesidades.

¿Por qué la falta de compromiso?

A pesar de los evidentes beneficios que trae un cliente satisfecho, muchas empresas siguen sin prestarle atención, generando expectativas sin comprometerse de fondo a hacer que los clientes se sientan valorados. Esta discordancia entre el decir y el hacer puede deberse a varias razones:

1. Priman ahorros de corto plazo sobre ganancias de largo plazo. Desarrollar una infraestructura de servicio al cliente poderosa, con la última tecnología, personal capacitado y procesos eficientes, requiere una inversión inicial significativa. El retorno de esta inversión, aunque representativo, toma mucho más tiempo, lo que lleva a las empresas a optar por decisiones de ahorros de corto plazo.

2. No ven el servicio al cliente como algo relevante. Algunas empresas ven el servicio como un aspecto secundario dentro de su modelo de negocio, en lugar de como un componente crítico para su estrategia de diferenciación. Esto evidentemente lleva a que se asignen recursos insuficientes a las áreas de soporte, resultando en personal sobrecargado, tecnología inadecuada u obsoleta y en últimas, experiencias bastante regulares para los clientes.

3. Medición inadecuada de la satisfacción del cliente. Las empresas que no tienen un entendimiento claro de las experiencias de sus clientes o el impacto de un servicio deficiente son menos propensas a invertir en mejoras. Sin datos concretos que demuestren la correlación directa entre la satisfacción del cliente y los resultados empresariales, no priorizan los cambios necesarios para mejorar la experiencia. Como no se ve el retorno inmediato, no se invierte.

4. Silos organizacionales. Cuando las áreas operan de manera independiente sin un enfoque unificado hacia la satisfacción del cliente, el resultado son experiencias inconsistentes. La falta de colaboración y comunicación hace que cada interacción del cliente con cada área es como si fuera con una empresa diferente. Cada uno por su lado sin ningún tipo de cuidado.

5. Temor al cambio. Implementar una estrategia orientada al cliente a menudo requiere cambios sustanciales en la cultura de la empresa, procesos y tecnología, algo que muchos negocios no están dispuestos a hacer. El miedo a lo desconocido y la incomodidad asociada con estos cambios llevan a las empresas a mantener la inercia, incluso si significa continuar ofreciendo un servicio deficiente.

Para que “su llamada es muy importante para nosotros” sea en serio

Para manejar el servicio de manera efectiva y hacer que los clientes se sientan valorados, debe incorporar tecnología, llevar una comunicación transparente y empática, pero sobre todo, un compromiso de mejora y no solo promesas vacías.

1. Personalización del servicio. Se refiere recordar interacciones pasadas y preferencias del cliente para ofrecer soluciones personalizadas. Un CRM (Customer Relationship Management) eficiente puede ayudar a almacenar y recuperar esta información para mejorar la interacción. La personalización también se manifiesta en soluciones adaptadas a las necesidades individuales del cliente, basadas en su historial de compras y comportamiento de servicio.

2. Información transparente. Ser transparente con los clientes sobre los tiempos de espera y procesos es fundamental para generar confianza. Las empresas deberían proporcionar estimaciones de tiempo realistas y mantener informados a los clientes sobre cualquier cambio o demora. Si la espera es prolongada, ofrecer devolver la llamada como hacen algunos, es una alternativa respetuosa con el tiempo del cliente.

3. Respuesta rápida y eficaz. Si bien los sistemas de respuestas automatizadas como chatbots alimentados por inteligencia artificial aun tienen espacio de mejora, pueden manejar consultas básicas o de autogestión. Para problemas más complejos, se puede implementar un sistema de distribución inteligente que identifique la naturaleza de la consulta del cliente y lo dirija inmediatamente al agente más capacitado para resolver su problema específico. Además, es importante contar con un sistema de seguimiento que permita a los clientes conocer el estado de su solicitud en tiempo real, proporcionando una sensación de progreso y atención continua.

4. Capacitación del personal. Esto debe ser una inversión continua y no un evento único aislado. Debe enfocarse no solo en las características y problemas técnicos de los productos o servicios, sino en la comunicación efectiva, la empatía y las técnicas de resolución de conflictos. El personal debe ser capaz de manejar situaciones difíciles con calma y cortesía, asegurando al cliente que su problema está siendo tomado en serio y que está intentando hacer algo para resolverlo.

5. Feedback y mejora continua. Establecer mecanismos para recopilar comentarios de los clientes de manera sistemática es crucial para poder mejorar. Las plataformas de feedback en línea son muy buenas maneras de recoger percepciones de los clientes. Sin embargo, más importante aún es actuar sobre esta información, porque de lo contrario, si no va a hacer caso para qué pregunta.

Si no lo siente, mejor no lo diga

Cuando un cliente escucha: “su llamada es muy importante para nosotros”, inmediatamente genera una prevención y un profundo escepticismo basado en experiencias pasadas y promesas incumplidas. Si de verdad no puede cumplir con esa expectativa, mejor no lo diga, o diga otra cosa; informe tiempos de espera, ponga música, cuente titulares de noticias, haga una trivia de capitales del mundo, cuente datos curiosos, o lo que sea, pero sea coherente con las expectativas que está generando.