Recientemente se está promocionando la crema Babaria, la cual imita la actividad del veneno de serpiente.
Aunque literalmente no es veneno extraído de alguna serpiente, es un elemento de comunicación de marketing que llama la atención. Al ser desarrollado con una base sintética, ¿podría ser considerado publicidad engañosa?
En busca del elixir de la eterna juventud, diferentes tipos de cremas se han abierto paso con novedosos conceptos y aspectos de comunicación que apelan al inconsciente colectivo de que hay ciertas cosas que por simple percepción, se considera que tienen sentido… como el veneno de una serpiente.
Aunque no se entienda mucho por qué el veneno (realmente el péptido sintético) cumpliría el beneficio básico de disminuir las arrugas y lineas de expresión, es un utilizado recurso de mercadeo.
No podría dar fe de la efectividad o no de esta crema, pero lo que sí me parece interesante es la forma como este laboratorio incursiona con un concepto diferente en una categoría de competencia feroz.