El principio del marketing es mostrar todos los beneficios que tiene un producto o servicio, de manera que el valor percibido sea lo más alto posible y el cliente reconozca el valor que le puede generar.
En un estacionamiento me encontré este letrero: “Lavado artesanal”, refiriéndose al servicio de lavado de autos. Me acerqué a la persona y le pregunté qué significaba “lavado artesanal”, a lo que me respondió con un argumento brillante, más o menos así:
“Aquí lavamos el auto a mano, como se hacía antes, no utilizamos máquinas lavadoras a presión, sino que lo hacemos con mucho cuidado, verificando que cada detalle quede bien”.
Tuve la misma sensación como cuando uno compra algo “Hecho a mano”, que tiene mucho más valor que lo que se hace masivamente e igual para todo el mundo. Luego me enteré que la razón del argumento era porque no contaban con una hidro-lavadora a presión, sólo con la mano de obra de una persona disponible.
El gran aprendizaje es que todo depende cómo se comunique, una desventaja “aparente” puede ser un diferencial, como el restaurante donde el servicio es demorado pero se promueve con el argumento de que la buena comida toma tiempo” (vea aquí el caso del restaurante).
En marketing todo tiene un lado positivo.