De corporativo a independiente: Cómo hice la transición

De corporativo a independiente: Cómo hice la transición

Dejar atrás el mundo corporativo no es fácil. Sea por decisión propia o de la organización, implica enfrentarse a una nueva realidad para la que no estamos preparados. Son reglas de juego diferentes en un escenario desconocido.

Hay que rápidamente empezar a desarrollar otras competencias, pero sobre todo, ajustar el modelo de pensamiento. El que ha sido emprendedor toda o gran parte de su vida tiene una mentalidad muy diferente a la del empleado corporativo que quiere emprender. Aquí aplica la máxima, “lo que te trajo hasta aquí no te llevará hasta allá”.

Tres aspectos que hicieron la diferencia

En mi experiencia, después de trabajar quince años en el mundo corporativo y aventurarme en el 2009 a este proyecto de vida, hay tres aspectos fundamentales que hoy viendo en retrospectiva considero que hicieron toda la diferencia:

(1) Despójese del ego

Suena fácil pero es súper difícil. Todos tenemos ego; especialmente los que salimos del mundo corporativo con cargos rimbombantes de grandes empresas con reconocidos apellidos. Es como si las marcas que representamos definieran nuestra esencia, algo bastante peligroso para la venidera independencia. Creemos que sabemos mucho hasta que pisamos el asfalto y nos damos cuenta que el mundo es infinitamente más grande de lo que creíamos. Nos damos cuenta que éramos una pequeña tuerca de un inmenso engranaje, pero que ahora somos la máquina completa y tenemos que aprender cómo operarla.

Entre más rápido acepte que los cargos, logros y glorias del pasado ya no marcan su futuro y mucho menos quién es, más fácil será emprender el camino con humildad y mucho, mucho, mucho trabajo. Tendrá que remangarse, esperar pacientemente horas a que lo atiendan, y aceptar que habrá gente que lo dejará en visto y no regresará sus llamadas. Así funciona, no es nada personal. Solo tenga relativamente clara su meta (que con seguridad cambiará con el tiempo) y los ojos puestos en el horizonte. Todo va a estar bien.

(2) Construya rápidamente su marca personal

Al no depender ya del gran apellido corporativo, es momento de empezar a posicionar su propia marca, su nombre y apellido. Será la única que lo acompañará de aquí en adelante y a la que usualmente no le prestamos mucha atención cuando estamos empleados, pero que es de total relevancia cuando empezamos nuestro camino de independencia.

En mi caso, lo hice compartiendo información de valor. Desde el primer día escribí artículos en el blog que luego se convirtieron en libros y material para poblar las redes sociales. La gente necesita saber cómo piensa y qué le puede aportar, y el contenido es indudablemente uno de los vehículos más efectivos y sostenibles para lograrlo. Empiece a compartir sus puntos de vista a diestra y siniestra, pero hágalo de manera diferente, desde la humildad, desde el genuino interés de ayudar.

(3) No arranque de cero

Este es probablemente el aspecto más importante, especialmente por el impacto en la rápida generación de dinero. Su mayor preocupación cuando se lance a la independencia después de venir de un salario estable del corporativo y tener una serie de responsabilidades no será la planeación de largo plazo, el posicionamiento que quisiera tener o su estrategia de ventas. Esas cosas llegarán por añadidura. Su principal preocupación y lo que puede ponerlo contra las cuerdas es la falta de dinero, especialmente el flujo de caja. El no tener lo suficiente para cubrir sus actuales responsabilidades puede llevarlo a tomar decisiones apresuradas.

Por eso no empiece de cero, no reinvente la rueda. Está bien crear su propia metodología y posicionar su marca, pero eso tomará tiempo. En el entretanto, represente el producto o servicio de un tercero. De esos que ya tienen las metodologías inventadas, los segmentos en los cuales debe enfocarse, los mensajes que debe comunicar y la forma como prestará el servicio o venderá el producto. No tiene que ser para toda la vida, pero sin lugar a dudas fue lo que en mi caso me permitió empezar a facturar, prácticamente, desde el mes siguiente (Gracias por siempre John Jantsch Duct Tape Marketing).

Vale la pena

Hoy, después de catorce años de haber tomado la decisión, no cambiaría por nada del mundo la satisfacción que conlleva el tocar la vida de los demás. Mientras nuestro propósito esté claro, los caminos van apareciendo. Tendrá muchos tropiezos, pasará aceite, llorará y querrá mandar todo al traste, pero al final, tendrá la entereza y convicción de que es el camino correcto. Solo no aparte la mirada de esa luz que brilla al final, es su propia luz mostrándole el camino. De todo corazón le deseo que sea feliz y que cumpla con su verdadera misión.