Soy un gran defensor de la venta digna.
Me inspiran aquellos que se ganan la vida con su trabajo, buscando siempre generar valor para sus clientes. Sin embargo, todos los que vendemos algo nos enfrentamos a la tiranía de algunos clientes; a la obsesiva presión por los descuentos.
Pareciera que fuera lo único que les importara.
La cultura del descuento nos está matando
Cuando vendemos, queremos que la gente pague nuestro precio justo; pues consideramos que es lo correcto. Pero cuando compramos, maltratamos al vendedor pidiéndole descuento.
Todo el tiempo hacemos lo que no queremos que nos hagan.
“Es que es la idiosincrasia”, “Es que en esta región es así”, “Es la costumbre”, “Es que somos latinos” (y no se preocupe, igual he oído “Es que somos africanos”, o “Es que somos árabes”), siempre hay una excusa.
¿Le suena conocido?
“¿Cuánto es lo menos para llevarlo?”
“¿Y si llevo dos a cómo me sale?” (¡como si fuera volumen!)
“¿Cuánto y por qué tan caro?”
“Al frente está más barato”
“Afile el lápiz”
“Hágame un buen descuento, que seguro de aquí le salen más negocios”
“Es que a mi me miden por ahorros. Ese es mi trabajo”
“Si iguala el precio de su competencia, le compro a usted”
Y asumiendo que previamente se ha encargado de comunicar de manera efectiva sus diferenciales, de evidenciarle al cliente por qué es una mejor opción y por qué cuesta lo cuesta…
Es simplemente indignante
A estas personas les digo: “Hágame un enorme favor, cómprele a la competencia. Se lo suplico. A destruir valor a otro lado”. Es una falta de respeto. Esos sencillamente no son clientes potenciales y no los considere como tal. El hecho de que tengan la necesidad de lo que usted vende no los califica como tal. Valórese un poquito.
Y si algo he aprendido en la vida, es que solo hay una cosa peor que no tener clientes; y es tener malos clientes (y abundan). Un mal cliente destruye su negocio más rápido que la competencia. Créame.
¿Quiere vender dignamente?, ¿quiere que le paguen lo que vale?, ¿quiere dejar de regalar su trabajo para darle un mejor futuro a su familia?, ¿quiere pagarle mejor a sus empleados?, ¿quiere invertir en tecnología y herramientas?, ¿quiere abrir otro punto de venta?, ¿quiere prestar un mejor servicio?, ¿quiere vivir de lo que ama?, ¿quiere hacer un trabajo del cual se sienta orgulloso?
Deje de dar descuentos.
La otra cara de la moneda: Somos compradores
Somos los clientes de nuestros proveedores.
Somos los clientes de los negocios que quieren vender dignamente.
Somos los encargados de presionar por mejores condiciones cuando compramos, al tiempo que soñamos con vender mejor cuando vendemos.
Valoramos el trabajo de los demás de dientes para afuera, o dicho de otra manera, solo cuando es nuestro propio trabajo.
Si somos los vendedores, “¡qué paguen!”; pero si somos los compradores, “¡qué rebajen!”. ¿En serio?
Hermosa incoherencia de la especie humana.
Por eso el mensaje es muy sencillo: Si de verdad valora su propio trabajo, deje de pedir descuento. Valore también el trabajo de la gente.
Eso es lo que sueña su proveedor
Curiosamente hay gente que también quiere salir adelante.
Trate a sus proveedores y a quienes le compra, como usted quisiera que lo trataran. Todos somos clientes de alguien y proveedores de alguien.
Lo tengo siempre presente. Cada vez que algún cliente me maltrata (desconociendo un acuerdo, pagando más tarde de lo acordado, sacando ventaja y no apreciando nuestro trabajo) pienso, “si como tratan a los proveedores tratan a los clientes, con razón les va como les va”. Es simple. De lo que siembres cosecharás.
Nunca se le olvide. Somos los demás de los demás.
Sea coherente.
Deje de comportarse como alguien que supuestamente valora el trabajo de los demás y respeta el esfuerzo de aquellos que se esmeran por hacer la diferencia, cuando en realidad lo único que le importa es un buen descuento.
¿Es consciente de lo que está haciendo?
¿Sabe que cada vez que presiona por precios más bajos, muchas compañías hacen lo que sea para dárselos?; ¿sabe qué implica llegar a los “precios de locura” que tanto le gustan?; ¿sabe qué sacrifican algunos negocios para satisfacerlo a usted como cliente con sus “temporadas de descuento”, “rebajonas de precio” y “todo con el 50%”?
Correcto.
El salario de sus empleados. La rentabilidad de sus proveedores. La calidad de sus insumos. El mantenimiento de sus equipos. La responsabilidad social y ambiental. Las garantías. El soporte posventa. El trabajo digno de los demás. Entre muchas otras cosas.
¿Por qué no pide descuento en almacenes de cadena?
Como consumidores somos bastante irracionales. Le pedimos descuento a la artesana que vende canastos hechos con sus propias manos y tiene su hijo en los brazos, pero no pedimos descuento en los almacenes de cadena.
He visto personas en ferias pedir rebaja a humildes artesanos, mientras ostentan su cartera de diseñador. Este mundo está loco. La incoherencia es infinita.
“Si no pido descuento, me cobran de más”
Claro que puede pasar.
Tal ha sido la obsesión de los clientes por el descuento y las ofertas, que los vendedores han aprendido el juego (por siglos). “Los clientes quieren sentir que ganaron algo”, me dicen algunos vendedores. “Hay que dejar un ‘extra’ para negociar”. ¿A quién engañamos?, ¿son los bajos precios realmente bajos?, ¿o estamos comprando antigüedades recién envejecidas?
La negociación es con su propia consciencia.
¿Existe el precio justo?
Considero que el precio justo no existe. Todo depende de los valores que ese precio represente. Es decir, los mismos US$100 no son caros o baratos, depende de lo que el cliente reciba a cambio y qué tanto le importe. Si lo que está adquiriendo para usted es relevante y lo aprecia, entonces es un precio justo, no importa cuál sea. Si no, cualquier precio le parecerá caro. Es así de simple. Es un juego de percepción de valor.
Valore el trabajo de la gente
Deje de querer sacar partido de cuanto vendedor se encuentra en la vida. Hay gente que necesita esa plata para salir adelante.
Trate a sus proveedores como quisiera que lo trataran sus clientes. Es la única forma de romper el ciclo.
Excelente apreciaciòn de la percepciòn de los actores del mercado.
Si conseguimos un descuento ” somos unos genios, vivos y astutos ” pero si no lo logramos, ” somos perdedores y nos tumbaron ”
Un artìculo para divulgar masivamente a ver si aprendemos a valorar el trabajo de los demàs.
Un abrazo y gracias por compartir tus conocimientos.
Gracias Sahyro por el comentario, la verdad es que este tema es bastante sensible; pero tiene que ver mucho con la forma como vemos nuestro negocio y el de los demás. Hay que ir cambiando el ciclo por algún lado. Saludos!
¡Bravo!
En un mundo “patas para arriba”, ¡una luz de coherencia e integridad!
Ojalá la mitad de los Latinoamericanos pensaran de acuerdo con estas ideas. Coherencia y humildad es lo que les falta a los empresarios del mundo. Estamos enfermos por querer aparentar lo que no es… ¡Gracias David! ¡Sigue así!
Gracias a ti Enrique por el comentario. La verdad es que en este tema siempre habrá posiciones muy personales, pero creo que a fin de cuentas se trata de una negociación con uno mismo, de qué tanto uno valora su trabajo y el de los demás. saludos!
Trabajo con muchos artesanos, y el problema del descuento viene también de que no tienen precios, como muchos de ellos dicen: “ven las caras”, para cobrar, y así le ofrecen a uno a un precio y al siguiente a otro, entonces también es un juego, un tire y afloje :/, y si uno paga el primer precio de bruto o ingenuo no lo bajan, hasta se burlan de los que no piden descuento.
Por supuesto que siempre habrá gente con mañas. Mi punto es la filosofía de fondo de ser coherentes cuando vendemos y cuando compramos. Pero no creo que necesariamente porque haya unos que se burlen podamos generalizar para decir que los artesanos solo venden “segun el personaje que tienen al frente”. Saludos
Muy cierto!! Cubetada de agua fría. Me pongo a trabajar en ello.
Un gran saludo Ricardo!
Hola y reciba un cordial saludo.
Estoy totalmente de acuerdo en valorar todo lo que tiene que hacer un fabricante para vender su producto. Para que seamos más conscientes sobre valorar los productos, se me ocurre que las empresas deberían incluir una leyenda en los empaques , muy visible ( no letra pequeña), que le indique al comprador dónde puede ver lo que hace la organización para obtener el producto. Algo como “Por favor vaya a esta pagina para que vea lo que hacemos en darle un producto con valor”, algo por el estilo y así, ser más consciente y no pedir descuento a su producto. Es lo que se me ocurre.
También me llamó la atención sobre “pedir descuento en almacenes de cadena”. Esto ¿sería lo mismo que pedir directamente descuento al vendedor? Porque al final, la empresa lleva sus productos al almacén para que se vendan y si se pide descuento del producto al almacén entonces, ese descuento, creo que afectaría a la empresa que vende sus productos en el almacén ¿no cree? Es lo que pienso.
Nuevamente, felicidades por compartir información muy útil.
Hola Antonio, muy bueno tu punto. Efectivamente es también un tema de comunicación, de que las empresas eduquen al consumidor en todos los beneficios que generan.
Hay un par de ejemplos que me han llamado la atención respecto a eso: Una artesanía en Chiapas que explica cuántas horas tardaron haciéndola (https://bienpensado.com/contar-el-proceso-incrementa-el-valor-percibido/), y esta empresa de jugos que explica que compra éticamente las frutas a sus proveedores (https://bienpensado.com/comerciar-sin-regatear/).
Respecto a los almacenes de cadena, es cierto, por lo general los descuentos son asumidos por los mismos proveedores; por lo que las temporadas de ofertas afectan la rentabilidad de los proveedores.
Un gran saludo!
Gracias por responder y por los enlaces. Con gusto los veré. Hasta luego.
😀
Hola David ! Al leer tu libro: BUENO BONITO Y CARITO, sentí que el precio de mi mercancía es un precio justo (tanto para mis clientes, como para mi propio negocio). Con frecuencia pongo en práctica tus recomendaciones (valor agregado para mis clientes, esmerarme por brindar la mejor atención posible, destacar los diferenciales, cumplir la garantía a cabalidad, entre otros), pero ésto es posible, sólo si concedo descuentos razonables … a los que piden demasiado descuento me ha tocado dejarlos ir (a la competencia).
Me gustaría que algún día hablaras acerca de la costumbre de muchos de comprar artículos de otras partes, sólo por que son hechos en otro país (y más baratos); en mi caso, siempre procuro comprar lo que sea hecho en Colombia, aunque me cueste un poco más (generalmente porque también son de MAYOR CALIDAD), o sea, pagar un PRECIO JUSTO.
Saludos ! (Nos conocimos aquí en Armenia hace un tiempo). Hermes Marulanda B.
Hola Hermes, muchas gracias por tu comentario. Efectivamente ese es siempre el reto, evidenciarle a los clientes el valor que generamos. Y el que algunos clientes prefieran artículos de otras partes, irónicamente no siempre tiene que ver con que sean más baratos. Sino con temas de portafolio, diseño, opciones, surtido, o demás aspectos. Lo importante es demostrar las ventajas de comprar local, por ejemplo garantías, pedidos más pequeños, reposición de inventario, servicio posventa o lo que consideres que aplique en tu sector. Por supuesto, no a todos les va a importar, pero a los que sí, lo van a apreciar y puede ser la razón de preferencia. Saludos!
Buenas tardes David:
Soy un comercial jubilado (71 años) y leo con mucha atención tus argumentos para el vendedor y la verdad que me rejuvenece leerlos. Sobre los descuentos que comentas, tienes mucha razón en lo que dices, por que el cliente, por lo general tiene una posición dominante sobre el vendedor con la amenaza de comprarle a otro almacén ese producto. Pero eso no tiene que ser un freno para aquel vendedor que crea en su producto y en sus posibilidades, defender su postura con los argumentos precisos y una base comercial que no perjudique a las partes. En toda negociación tiene que haber cesiones por los dos lados. No se puede ni se debe, tensar la cuerda tanto que corra el riesgo de que se rompa. El cliente no siempre tiene la razón. Gracias.
Así es Fernando, es un equilibrio (bastante complejo), pero esa es la idea. Lograr negociaciones equitativas donde el comprador reconozca el valor del vendedor y viceversa. Saludos
David muy buenos dias.
Efectivamente esta humanidad no la entiende nadie. Como decia un profesor. Esta humanidad no la entiende nadie por algo humanidad se escribe con H, H de HP. Cuando somo vendedores queremos que nos paguen de contado pero cuando somo compradores queremos credito.
Un saludo muy especial
Alberto
Es un tema complejo Alberto. Lo importante es ser conscientes y actuar de acuerdo a nuestras propias creencias.
Hola David, sigo con interés tus charlas. Esta de verdad me hizo sonreír, pues pienso igual que tu. Y lo sintetizo con una frase: “Si es bueno, no es barato. Y si es barato no puede ser bueno”.
Hola Luis, lo importante siempre es evidenciar el valor que generamos para que la gente sepa por qué está pagando. Saludos
jejej. en nuestro caso, nos dicen deme mas % jejeje 🙂
Tal cual!
Que articulo tan interesante y al mismo tiempo me hiciste reflexionar sobre el tema, uno muchas veces no tiene en cuenta el esfuerzo que la gente hace para sacar sus productos y venderlos, gracias por tan increíble articulo voy a tenerlo en cuenta y empezar a aplicarlo
Muchas gracias Claudia. Me alegra mucho. A fin de cuentas creo que lo importante es ser consciente de las cosas y actuar de acuerdo a lo que consideremos que es correcto, lo que eso signifique para cada uno. Hay quienes ven el pedir descuento como una forma de protección frente al vendedor, y hay otros que no lo hacen por el valor que perciben de lo que compran. Un gran saludo!
Interesante reflexión
Puede ser puesta en práctica aterrizando el pensamiento. (digo meterse en la segunda y tercera capa. Las capas reflexivas). en mi caso ya no compro marcas líderes porque contradice esta filosofía. Tenemos una empresa Pyme que por ningún lado se acerca a las líderes multinacionales. Aspiro que la gente compre mi producto y reciba a cambio la satisfacción de usarlo pero la lucha es dura por eso refuerzo mi filosofía de no comprar marcas líderes sino segundas y terceras marcas.
Saludos
Gracias Emilio por tu comentario, a fin de cuentas creo que lo importante es que seamos fieles a nuestras propias creencias.
Interesante tu articulo, en mi caso siempre que me piden un descuento, les digo que, “lo podemos negociar”, claro que para esto, yo ya habia pensado que me lo iban a pedir, y les di un precio mas alto, para que al final el cliente se sienta satisfecho y que piense que se le dio un descuento …
La estrategia de negociación dependerá siempre de la forma como cada empresa aborde el tema. En el fondo lo que me parece importante es tener unas políticas claras de precios.
Hola DAVIS, ES La culturo de nosotros los latinos de pedir descuento en todo, esto es crianza, pues es necesario superar estas mala practicas, me propongo en hacerlo.
Así es Oscar. Es parte de nuestra cultura, pero también nuestra decisión lo que hacemos al respecto. Saludos!!