Está dejando plata sobre la mesa

Está dejando plata sobre la mesa
Está dejando plata sobre la mesa

Cuando ofrece un descuento sin que se lo pidan, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando solo ofrece la alternativa más económica, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando no defiende sus diferenciales para sustentar su precio, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando no ofrece otros productos de su portafolio, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando descuida el servicio posventa, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando no estimula los referidos, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando amplía voluntariamente sus plazos de pago, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando posterga una y otra vez el incremento de precios, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando desconoce los proyectos futuros de su cliente, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando propone beneficios adicionales para lograr un cierre, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando duda del valor que genera, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando contraataca los precios de la competencia, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando no retoma el contacto clientes inactivos, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando la promoción temporal se vuelve permanente, está dejando (mucha) plata sobre la mesa.
Cuando otorga descuentos por volumen sin que el cliente cumpla el volumen, está dejando plata sobre la mesa (y perdiendo credibilidad).
Cuando no ofrece productos complementarios al producto principal para incrementar la transacción, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando no hace seguimiento posterior al trabajo con un cliente para detectar oportunidades, está dejando plata sobre la mesa.
Cuando le interesan más los clientes que no tiene (y descuida los que tiene), está dejando plata sobre la mesa.
Cuando se enfoca en una transacción y no en una relación, está dejando plata sobre la mesa.

¿Quiere incrementar sus ingresos? Empiece por no dejar plata sobre la mesa.