¿Qué tan personal debe ser una relación comercial?

¿Cliente o amigo?
¿Cliente o amigo?

¿Cliente o amigo? Si bien en ocasiones el mantener una estrecha relación que va más allá de lo laboral es lo habitual, hay circunstancias en que puede ser incómodo e incluso contraproducente. Las amistades traen deberes, derechos y grandes implicaciones. ¿Cliente o amigo? Depende. No hay una única regla, pero por lo general en el mundo empresarial (y más aún fuera de Latinoamérica), las relaciones profesionales se mantienen estrictamente profesionales, con el fin de no sesgar la objetividad y mantener los intereses donde deben estar.

Sin embargo, esto no implica que no se pueda avanzar en la construcción de una relación personal. Aquella en la que conoce no solo a su cliente sino a su familia y eventualmente comparte actividades en el tiempo libre. La regla de oro para esto es más como usted se sienta y como el cliente se sienta cómodo. Esto lo determina el tipo de relación e incluso en algunos casos la costumbre en el sector. Hay gremios que son mucho más intensivos en relaciones públicas, cenas con clientes, viajes que mezclan trabajo y entretenimiento, eventos sociales y demás, lo cual no significa que usted deba seguir el ritmo.

Una cosa es compartir y entablar relaciones y otra muy diferente compartir tiempo extra en aspectos con los que no se sienta cómodo. Nunca viole sus propios principios. Si no se siente cómodo, mantenga su presencia en lo estrictamente necesario, con mucha amabilidad, pero también con mucho respeto por sus propios intereses. La socialización ocasional puede ser agradable, pero ganarse la confianza no se trata de juegos de golf, cenas y viajes, se trata de construir confianza.

El tipo de relacionamiento que exista entre vendedor y comprador no solo pasa por aspectos personales y profesionales de empatía, sino de encaje de personalidades.